El Nobel de Química fue otorgado el miércoles al sueco Tomas Lindahl, al estadounidense Paul Modrich y al turco-estadounidense Aziz Sancar por su trabajo sobre el mecanismo de reparación del ADN, que puede conducir a nuevos tratamientos contra el cáncer.
Los tres fueron premiados por "haber establecido, a nivel molecular, cómo las células reparan un ADN dañado y preservan la información genética" lo que puede ayudar a "desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer", dijo el jurado sueco.
"Su trabajo ha proporcionado conocimiento fundamental sobre la manera en que funciona una célula viva y es, por ejemplo, utilizada para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer" indicó la Academia Sueca de Ciencias.
Sancar, de 69 años, nació en Savur, pequeña localidad del sudoeste de Turquía, en el seno de una modesta familia de ocho hijos.
Hubiera podido convertirse en futbolista profesional, ya que el equipo nacional juvenil lo llamó como portero, pero él prefirió concentrarse en sus estudios.
Luego fue a la Universidad de Texas en Dallas y actualmente enseña en la de Chapel Hill (Carolina del Norte).
Lindahl, de 77 años, estudió en su país pero hoy trabaja en Gran Bretaña, en el Francis Crick Institute de Londres.
"Fue una sorpresa. Sé que al cabo de los años se me consideró para el premio, pero como centenares (de científicos) más" declaró, interrogado por teléfono por el jurado.
Modrich, nacido en 1946, y que obtuvo su doctorado en Stanford (California), trabaja como investigador en el Howard Hughes Medical Institute, cerca de Washington, y es profesor de bioquímica en la universidad de Dunke (Carolina del Norte).
Cada uno obtiene un tercio del premio, dotado con ocho millones de coronas suecas (860 mil euros, USD 950 mil).