Entre producción y cautela, dilema de industria automotriz en frontera norte de México ante eventuales aranceles de EEUU
(Xinhua/Li Muzi)




Monterrey.

En una planta ubicada en Monterrey, Nuevo León, el zumbido de las máquinas y el ritmo constante del ensamblaje de bolsas de aire dan testimonio de la intensa actividad en TAPEX Mexicana, una filial de la compañía global Toyoda Gosei.

   Sin embargo, bajo esta rutina aparente se esconde una gran incertidumbre: la posibilidad de que Estados Unidos imponga nuevos aranceles a las exportaciones mexicanas, una medida que podría impactar fuertemente a esta y muchas otras empresas del sector automotriz en la frontera norte de México.

   "Estamos trabajando muy fuerte en los costos, con base en la automatización de la operación, capacitación continua y reducción de riesgos", explicó Jorge Cuéllar, gerente de Recursos Humanos de TAPEX Mexicana.

   La empresa, que fabrica bolsas de aire de seguridad para el sector automotriz, envía la mayor parte de su producción a Estados Unidos, por lo que cualquier cambio en las políticas arancelarias estadounidenses es un riesgo que no pueden ignorar.

   José Rubén Reyes, encargado del área de Producción en la misma compañía, destacó que la preocupación no sólo es por el producto terminado, sino también por los suministros.

"Creemos que los suministros se pueden ver afectados desde nuestro proveedor hacia la llegada aquí a México y Monterrey, porque pueden ser proveedores externos, no locales", afirmó.

   Reyes advirtió que la imposición de aranceles sobre insumos clave como el acero y el aluminio, ya vigentes, podría generar un encarecimiento significativo de la producción, además de posibles reducciones de empleo, lo cual se vería agravado si las tarifas arancelarias se extienden al resto de las exportaciones de México a Estados Unidos.

   El Gobierno estadounidense impuso el pasado 10 de febrero aranceles del 25 por ciento para las importaciones de acero y aluminio, incluidas las provenientes de países con los que tiene tratados de libre comercio, como México y Canadá.

   Asimismo, mantiene su intención de extenderlos al resto de las exportaciones mexicanas si, a su criterio, México no hace lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo y el flujo de migrantes hacia el territorio de Estados Unidos.

   Esta amenaza ha generado una gran incertidumbre en la industria automotriz, uno de los principales sectores exportadores de México y de los más interconectados en las economías de los dos países, hermanadas en muchos rubros productivos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un acuerdo de libre comercio.

   Monterrey, motor automotriz en norte de México

   Monterrey, capital industrial de Nuevo León, es el motor de la industria automotriz en el norte de México. La ciudad alberga a más de 400 empresas relacionadas con el sector, desde fabricantes de autopartes hasta ensambladoras completas.

   Este sector productivo no solo impulsa la economía local, sino que también es un pilar fundamental para la economía mexicana en su conjunto. Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la industria automotriz aporta el 3,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y cerca del 20 por ciento del PIB manufacturero del país.

   Solo en Nuevo León, la industria automotriz genera más de 100.000 empleos directos y es responsable de una parte significativa de las exportaciones estatales.

   Manuel Montoya, director general del Clúster Automotriz de Nuevo León (CLAUT), explicó que la economía de ese estado depende mucho de las exportaciones automotrices, por lo que, si bien es temprano para determinar el impacto definitivo de los aranceles, en caso de que finalmente se implementen, las señales no son positivas ni alentadoras.

"Yo creo que, si sigue así, pues va a haber afectaciones, es lógico, cambian las reglas ahora al ser un impuesto generalizado. Afecta a México, pero también a muchos otros países del mundo", indicó Montoya.

   Si estos aranceles se mantienen o se agravan, "podríamos perder miles de empleos y ver un declive en la inversión extranjera directa", agregó, al tiempo que subrayó que la industria automotriz sería una de las más afectadas por las tarifas arancelarias porque depende del comercio internacional.

"Cualquier arancel adicional puede ser la diferencia entre ser competitivos o no en este mercado", sentenció.

   Previsión y resistencia

   En TAPEX Monterrey, Hiroshi Kawai, gerente general, aseguró que la empresa ya está tomando medidas preventivas para enfrentar cualquier escenario adverso.

"Independientemente de que suba o no suba (el valor de los aranceles), lo que nosotros tenemos que hacer es ver la reducción de costos y un mejoramiento de la automatización continua y aprovechamiento de materiales", subrayó.

   Montoya, por su parte, destacó que, ante los desafíos que suponen los aranceles, el sector ha comenzado a valorar estrategias para mitigar los riesgos como invertir en tecnologías de manufactura avanzada e innovar de manera continua para mantenerse competitivos a nivel global.

   De igual forma, explicó, los directivos de las empresas afiliadas al CLAUT se reúnen con frecuencia para intercambiar y prepararse para los distintos escenarios que puedan derivar de los aranceles.

   "La incertidumbre es generalizada, similar a lo que experimentamos durante la pandemia. Nos reuníamos semanalmente con un grupo de 'CEOs' porque no sabíamos cómo iba a evolucionar la situación. Esta es una especie de pandemia en la que hay incertidumbre para las empresas grandes, pequeñas, transnacionales y locales", dijo Montoya.

   Detalló que los directivos intercambian en sus reuniones sobre qué haría cada uno ante los aranceles, lo cual les ayuda a no estar solos en sus decisiones, así como sobre quién pagaría los costos derivados de los nuevos gravámenes.

"Creemos que finalmente los aranceles los pagará el cliente, el que compre un auto más caro, por ejemplo. Todos coincidimos en que esto va a pasar, es un costo extra que se transferirá en la cadena hacia arriba", lamentó Montoya.

   Mediante su previsión estratégica ante la amenaza arancelaria, el sector automotriz de Nuevo León busca sortear los retos impuestos por las políticas proteccionistas de la nueva administración estadounidense y seguir siendo un motor de la economía estatal y nacional.

   Es un esfuerzo por mantener la competitividad, incluso en medio de la incertidumbre política y los desafíos que esta impone a toda la cadena de suministros y productiva del sector.

   Un desafío para la logística

   Alian Plastics, una empresa dedicada a la fabricación de componentes plásticos para unas ocho industrias, entre ellas la automotriz, para la que fabrica más de ocho millones de piezas al año, es otro ejemplo claro del impacto potencial de los aranceles de Estados Unidos en el sector automotriz de México.

   Felipe Villareal, su director general, explicó que algunos de sus productos cruzan la frontera varias veces antes de ser terminados, por lo que el encarecimiento de los costos de logística con aranceles impuestos en cada cruce sería un desafío fuerte, dijo.

"Hablando en cálculos de porcentajes, realmente esto puede impactar entre un 65 y 70 por ciento de incremento en el costo del producto. Y al final, ese incremento en el costo del producto se va a tener que trasladar al cliente final", afirmó.

   Villareal detalló que este tipo de medidas arancelarias afectan tanto a las empresas directamente como a las cadenas de suministro completas, incrementando el costo para los consumidores y reduciendo la competitividad de las empresas mexicanas.

   "Es un impacto bastante fuerte (...) No vamos a poder tener el valor positivo para comprar nuevos carros, la demanda va a caer y, por consiguiente, toda la demanda de la industria automotriz y de las diferentes industrias que trabajamos para ellos. Los volúmenes van a caer, va a caer el empleo", expuso el director general de Alian Plastics.

"Es un efecto dominó que se escucha posiblemente a un arancel de entre el 15 y el 25 por ciento. Pero si lo vemos ya con todo lo que impacta, viendo en toda la cadena de valor, es un problema que puede ser realmente serio para la industria", añadió.

   Resiliencia frente a la adversidad

   A pesar de los desafíos, el sector automotriz en Nuevo León no muestra signos de rendirse. José Rubén Reyes, de TAPEX Mexicana, resumió la mentalidad que prevalece en muchas de estas empresas:

"Siempre precaución. Sabemos cómo los gobiernos fluctúan. Como mexicanos, tenemos bastante labor, somos un país muy importante para el sector. No bajemos la guardia y que nuestros gobernantes también se pongan a 'chambear' (trabajar) en aspectos de diplomacia política".

   El compromiso de asegurar la continuidad de los empleos es también una prioridad. "La gente es lo más importante para cualquier empresa. Es el punto más indispensable para poder ser productivos", señaló Reyes.

   El panorama es incierto, pero las industrias automotrices de Monterrey están tomando medidas para afrontar cualquier desafío que se presente.

  •    Desde la innovación hasta la colaboración, el sector sabe que su futuro depende de su capacidad de adaptación. Por ahora, la producción continúa, pero con la cautela de quien sabe que el terreno puede cambiar en cualquier momento. 

Por José Gabriel Martínez y Wu Hao