Guadalajara, Jalisco.

El Mercado de las Flores y el panteón de Mezquitán ya se preparan para las festividades del Día de Muertos y de Todos los Santos.

Los vendedores mayoristas de flores ya hicieron sus pedidos y en los siguientes días comenzarán a llegar los camiones desde el estado de México, con la mercancía que se va a vender los últimos días de octubre y el 1 y 2 de noviembre.

Antonio Pompa es uno de los comerciantes de flores de mayor tradición en el mercado de Mezquitán. El negocio lo comenzó su padre hace 65 años y él ya es la segunda generación.

Lo que más se vende es la flor de cempasúchil, para instalar los altares de muertos y los nardos y las gladiolas para llevar a las tumbas de los seres queridos en Mezquitán y otros panteones. 

“Lo tradicional son los cempasúchiles, cordón de obispo, crisantemos, nardos, gladiolas, que es lo que se maneja más para estos días de muertos. Nosotros vendemos mayoreo, pero en este tiempo que se celebra Día de Muertos hay mucho particular que viene a comprar sus ramitos para hacer sus altares a sus seres queridos”, explicó.

Los precios que hoy están vigentes ya no experimentarán incrementos. Un ramo de cempasúchil hoy cuesta 70 pesos. Las macetas se venden en 40 pesos y si lleva tres, el precio es de 100 pesos, afirmó Antonio Pompa.

“El cempasuchil no es tan caro, las macetitas son de 40 pesos y el manojito de cempasúchil cuesta 70 u 80 pesos. El precio varía poquito al llegar el 2 de noviembre, pero siempre casi es el mismo precio".

"Depende de cómo haya de venta de todo eso. Varían los precios por tamaño y los colores, entre 350 y 400 pesos la gladiola con seis docenas, el paquete. El nardo, anda sobre 500 pesos y trae un ciento”, explicó.

• El panteón de Mezquitán que abrió sus puertas un 2 de noviembre, pero de 1896, ya realiza trabajos de mantenimiento en torno a las calles y se acordonan las tumbas que puedan tener algún riesgo para los visitantes. También se realizan podas de los matorrales o el pasto, como medida preventiva para evitar que se generar moscos, por la proliferación del dengue en esa zona de la ciudad.

Foto: Ignacio Pérez