Nicaragua.

Aquí te contamos en qué consisten y por qué se ven como un posible paso hacia una sucesión familiar del poder.

La reforma constitucional en Nicaragua establece en el artículo 133 que la Presidencia estará integrada por un co-presidente y una co-presidenta, elegidos por voto popular. Esto reemplaza la figura previa de presidente y vicepresidente.

El artículo 135 indica que ambos ejercerán por seis años, un aumento respecto al período anterior de cinco años. Tendrán las mismas funciones, como nombrar o destituir ministros, convocar sesiones y firmar decretos, además de designar vicepresidentes sin límite de cantidad ni restricción de género.

El título de co-presidenta ya había sido otorgado informalmente por Daniel Ortega a su esposa, Rosario Murillo, lo que expertos consideran un intento de consolidar una sucesión dinástica.

“El modelo que está aplicando Ortega es un modelo que solo se había visto en el Medioevo con reyes que habían llegado por la vía de la fuerza y se mantenían por la fuerza, que es lo que hace Ortega, es incompatible totalmente con la democracia como se conoce”.

El presidente Daniel Ortega propuso que la Presidencia coordine los órganos Legislativo, Judicial, Electoral y de control de la Administración Pública, eliminando de la Constitución la independencia de los poderes del Estado.

“La desaparición de los poderes del Estado y pasarlos a llamar órganos, es para mí la esencia de esta reforma. Todo lo demás es parte de lo que venían aplicando, pero desaparecer los poderes del estado y crear un ente que los regulen a todos es quizás de las cosas más fuertes que podés hallar en esta reforma”.

El gobierno de Ortega sumó como símbolo patrio la bandera rojinegra del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, igualándola a la azul y blanco de Nicaragua.

En cuanto a derechos de la información, la reforma incluye una cláusula que permite al Estado vigilar que los medios no respondan a intereses extranjeros ni difundan noticias falsas, algo no contemplado antes de la enmienda propuesta por Ortega

• El artículo 94 de la reforma permite a la Presidencia ordenar al Ejército apoyar a la Policía cuando lo considere necesario para la estabilidad del país. Los expertos advierten que esto podría usarse para enfrentar cualquier amenaza al poder del gobierno.

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