Un joven bloguero ruso fue acusado y detenido el sábado por dos meses a la espera de un eventual proceso después de haber entrado en una iglesia ortodoxa para cazar pokémones y haberlo grabado todo en video.

Acusado de incitación al odio y de ataque contra la libertad religiosa, el hombre, en la veintena, reside en la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales, y podría enfrentar una pena de cinco años de cárcel, indicaron los servicios de la investigación rusos en un comunicado. 

A la espera de que prosiga la investigación, un tribunal decretó su detención "por dos meses, es decir, hasta el 1 de noviembre inclusive", agregó.

En un video difundido en agosto en su cuenta de Youtube y visionado más de 500.000 veces, Rouslan Sokolovksi critica un programa de televisión en el que se explicaba que era jurídicamente arriesgado jugar al popular Pokémon Go en las iglesias.

"¿A quién puede uno ofender por moverse dentro de una iglesia con un teléfono inteligente?", se preguntaba el joven, que luego se dirigía a una de las principales iglesias de Ekaterimburgo, erigida en la década del 2000 sobre el lugar en el que fue asesinado el último zar de Rusia, Nicolás II, junto a su familia.

A continuación, empieza a jugar a la aplicación de realidad aumentada delante de iconos religiosos y cirios, incluso durante la celebración de un servicio religioso, y atrapa varias criaturas virtuales. En el video, ironiza sobre la existencia de Jesús y difunde, como música de fondo, una falsa plegaria llena de blasfemias. 

Para los investigadores, que registraron el viernes su domicilio, "algunos" videos de su cuenta de Youtube revelan "signos de incitación al odio" y, uno de ellos, "signos de ataque contra la libertad de conciencia o de creencia". 

En varios de estos videos, se hace una crítica de la poderosa Iglesia ortodoxa, cuyos valores conservadores son muy defendidos por las autoridades rusas, frente a una supuesta pérdida de valores en Occidente. 

El abogado del arrestado, Stanislav Iltchenko, anunció a la agencia Ria Novosti que recurriría la detención de su cliente, que busca, según el, ejercer una "presión psicológica" para "dar ejemplo".