Guadalajara, Jalisco
La frontera en expansión del aguacate es uno de los mayores desafíos para los bosques del sur de Jalisco, pero es particularmente grave en el caso del Nevado de Colima, la montaña más elevada y joven de toda esa región, advirtió la bióloga responsable del estudio de protección del bosque mesófilo del volcán extinto, Sonia Navarro Pérez.
Estimó que hay un error de cálculo incluso económico, porque ese fruto nativo de México es un buen negocio, pero a la larga, la pérdida de agua y de suelo y la fragmentación del bosque es más costosa que todas las ganancias de corto plazo, subraya.
La devastación del bosque ocasionada por ese monocultivo generó también plagas oportunistas, un problema creciente, apuntó por su parte la directora del Fideicomiso del Programa de Desarrollo Forestal del Estado (Fiprodefo), Gabriela López Damián.
Por eso se debe cuidar que ese modelo de negocio no se sobredimensione. Porque el aguacate no podrá sustituir los servicios ambientales que proveen los bosques, y el gran valor económico y de largo plazo que tienen en potencia.