Calor contra el cáncer de páncreas
OLYMPUS DIGITAL CAMERA




Redacción.

El cáncer de páncreas tiene una mortalidad muy alta pues es un tumor muy difícil de tratar. Un estudio investiga una nueva estrategia de tratamiento que combina radioterapia e hipertermia, un procedimiento que ataca las células tumorales haciendo aumentar su temperatura.

En el día Mundial contra el cáncer de páncreas, 20 de noviembre:

  • El cáncer de páncreas se considera un “tumor inmunológicamente frío” porque tiene ciertas características que dificultan una respuesta inmunitaria eficaz contra las células cancerosas, detalla Ana Espinosa, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
  • El objetivo del estudio es “avanzar en los tratamientos basados en nanopartículas, mejorando las ventajas terapéuticas sobre los métodos convencionales para un potencial tratamiento oncológico preciso y personalizado”, explica Espinosa.
  • En el momento del diagnóstico, a aproximadamente el 20% de los pacientes se les podrá extirpar el tumor mediante cirugía. En el resto, no será posible porque la enfermedad ya estará muy avanzada, señala la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). 

El cáncer de páncreas es un problema de salud importante porque, aunque su incidencia entre la población no es muy alta, su mortalidad sí lo es. Los especialistas de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) indican que, en el momento del diagnóstico, a aproximadamente el 20% de los pacientes se les podrá extirpar el tumor mediante cirugía. En el resto, no será posible porque la enfermedad ya estará muy avanzada. 

Lo más habitual es que el cáncer se origine en la región del páncreas llamada cabeza (60% de los casos), pero también puede surgir en la zona conocida como cuerpo o cola del páncreas.

Cuando el tumor aparece en la cabeza del páncreas y comprime la vía biliar se produce una coloración amarillenta en la piel, denominada ictericia, que es uno de los síntomas más característicos de esta enfermedad.

La alteración de los niveles de glucosa en sangre, digestiones pesadas, dolor abdominal, pérdida de apetito y de peso son otros síntomas del cáncer de páncreas. Excepto la ictericia, el resto de ellos se dan por otros muchos motivos por lo que diagnosticar un cáncer de páncreas a partir de estos síntomas no es fácil.

Una vez que hay un diagnóstico de cáncer de páncreas, es importante saber si se puede operar o no. Los especialistas de la SEOM manifiestan que hay tres situaciones: tumores resecables, localmente avanzados y metastásicos. Los resecables son aquellos “en los que el crecimiento local no impide una cirugía con resección completa del tumor

No existe afectación de vasos que impida la resección. Dentro de este grupo, distinguimos los tumores resecables de inicio de los ‘borderlines’, que son los que presentan una afectación de los vasos sanguíneos que puede dificultar la resección completa del tumor sin un tratamiento previo”, explican.

Por su parte, los localmente avanzados son los que se han diagnosticado cuando el tumor ya invade vasos sanguíneos de alrededor (arterias o venas importantes), lo que hace imposible una cirugía que lo elimine por completo.

Por último, los tumores metastásicos son los que ya se han extendido a otros órganos o tejidos del cuerpo.

“No tiene ningún valor la cirugía del tumor localizado en el páncreas dada la presencia de células tumorales en otros órganos”

Manifiestan desde la SEOM.

En la actualidad, para tratar el cáncer de páncreas se utiliza cirugía, quimioterapia o radio terapia o bien una combinación de ellas. Mediante la cirugía se extraen los tumores localizados en la cabeza del páncreas o en su cuerpo o cola. Sin embargo, en algunos casos es necesario extirpar todo el páncreas.

Calor contra el cáncer de páncreas

This pain of stomach is unbearable. Foto: Anna Bizon

La quimioterapia puede utilizarse como tratamiento complementario a la cirugía. Tras la operación, el equipo médico puede optar por emplear quimioterapia durante unos 6 meses. A veces, es necesario complementar la quimioterapia con radioterapia.

“En los tumores borderline, la opción es empezar por quimioterapia durante unos meses (entre 3 y 6) y posteriormente realizar la cirugía. La quimioterapia se administra antes de la cirugía para facilitar la resección del tumor. En algunos casos, antes de la cirugía y después de la quimioterapia, se puede realizar radioterapia”, detallan desde la SEOM.

De hecho, los especialistas de la SEOM aclaran que hay dos situaciones en las que se puede utilizar radioterapia en combinación con quimioterapia: tras la cirugía y en casos de cáncer de páncreas localmente avanzado. 

Estos son los tratamientos habituales para el cáncer de páncreas. Ahora, un proyecto europeo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) propone una nueva fórmula para abordar el tratamiento de este tipo de cáncer.

Dicha fórmula consiste en combinar radioterapia con hipertermia, un tratamiento que ataca a las células tumorales haciendo aumentar su temperatura

En el ámbito clínico, la hipertermia puede acompañar a la quimioterapia y a la radioterapia. “Su uso utilizando nanopartículas generadoras de calor ofrece múltiples ventajas”, apunta Ana Espinosa, investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid y coordinadora del proyecto.

Espinosa señala que el cáncer de páncreas se considera un “tumor inmunológicamente frío” porque tiene ciertas características que dificultan una respuesta inmunitaria eficaz contra las células cancerosas.

“Este tipo de cáncer tiene un nivel de supervivencia muy bajo, es muy difícil de tratar”, indica. La investigadora explica que, por su naturaleza, las células cancerosas

“se esconden del sistema inmunológico y no permiten que los tratamientos sean eficaces”.

Mientras los tumores “calientes” suelen presentar altos niveles de infiltración y respuesta de células inmunitarias, el de páncreas crea un “microambiente tumoral hipóxico e inmunosupresor”, lo que hace que tenga una alta resistencia a la radioterapia.

En un tumor hipóxico, las células tienen una concentración de oxígeno significativamente menor que los tejidos sanos. Esto ocurre porque el tumor crece muy rápido y el suministro de sangre no es suficiente.

Las células cancerosas que sobreviven en este entorno tan duro buscan lo que les falta y se abren paso hacia el torrente sanguíneo, rico en oxígeno. A menudo, en su camino, siembran metástasis en otras partes del cuerpo, detalla Daniele Gilkes, profesora del Centro Oncológico Johns Hopkins Kimmel, situado en Baltimore (Estados Unidos).

El objetivo del proyecto “Activación inmunitaria radiotérmica para combatir los tumores hipóxicos pancreáticos” es “avanzar en los tratamientos basados en nanopartículas, mejorando las ventajas terapéuticas sobre los métodos convencionales para un potencial tratamiento oncológico preciso y personalizado. Para ello utilizamos modelos in vitro avanzados que permiten recrear el microambiente del tumor”, explica Ana Espinosa.

  • En este proyecto participan entidades científicas españolas, francesas y eslovacas.