Buscadoras en la FIL denuncian que Jalisco es el Estado menos empático para apoyarlas a encontrar a sus desaparecidos
Fotografía: Rocío López




Guadalajara, Jalisco.

Jalisco es el estado más inseguro y violento para las madres buscadoras, es el menos empático, denunció en el marco de la FIL, una de las madres buscadoras que ha recorrido todo el país, Ceci Flores:

"Dice el gobernador de Jalisco que los desaparecidos se fueron por voluntad propia

Que están desaparecidos porque quieren, que las madres no los deben buscar, que las madres los dejen ahí hasta que ellos vuelvan.

Estamos luchando contra este gobierno insensible, burócratico

Creo que en todo el país, que yo lo he recorrido, es el peor gobierno que me ha tocado conocer".

Agregó que:

"Lamentablemente cuando yo lo conocí puso el mundo a mis pies para la búsqueda de desaparecidos, pero dándome la espalda empieza a pelear con nosotras, a inhibir las búsquedas, a quitarnos el apoyo de la comisión de búsqueda".

En el marco de FIL Pensamiento, en una mesa de diálogo llamado "El país de las víctimas" en su participación, Julián LeBarón, activista del Norte del país, con la voz entre cortada contó la masacre que vivió su familia y lamentó que

este país tiene casi 100 por ciento de impunidad y esto es lo que se vive en todo México:

"Si nosotros no nos organizamos para detener el crimen y la violencia vamos a terminar en la anarquía, necesitamos un gobierno fuerte, pero ese gobierno tiene que servir a la comunidad. Tenemos un poder judicial que para fines prácticos es totalmente inútil, la impunidad para el asesinato en nuestro país es de casi el 100 por ciento y con esos resultados va a ser mucho más difícil resolver la situación".

Por su parte, el sacerdote Jesuita, amigo de los sacerdotes asesinados en Chihuahua el verano pasado, Javier Ávila, habló también de la colusión del crimen organizado y el estado y reiteró que el no se callará, porque si lo hace, las piedras hablarán:

"Me decía la gente, ya cálmate, has hablado demasiado, les digo yo me voy a calmar cuando me muera, si yo me callo las piedras gritarían

hay una realidad tan laserante, tan molesta, tan inhumana que no la puede uno callar".

Señaló que urge el reconocimiento de que no vamos bien, que el país no está bien y revisar la estrategia de seguridad porque no está funcionando.

Coincidieron los participantes de la mesa, que las víctimas se han convertido en los enemigos del estado por no callar, por no aceptar la impunidad, ni mediocridad del estado.