El gobierno argentino festejó el sábado en Tucumán los 200 años de la independencia de la corona de España con un acto cívico y un Te Deum católico, en los que el principal invitado fue el rey emérito Juan Carlos I.
El presidente Mauricio Macri encabezó las celebraciones en la capital de la provincia de Tucumán (norte), donde en 1816 un congreso patriótico de diputados declaró la soberanía y la extendió a "toda dominación extranjera".
Los actos se desarrollaron sin la presencia de ningún presidente de naciones latinoamericanas o de otras regiones. La Casa Rosada (gobierno) había previsto las visitas de los mandatarios de Chile, Michelle Bachelet; de Paraguay, Horacio Cartes; y de Italia, Sergio Mattarella, pero a último momento no pudieron ser confirmadas.
El papa Francisco, el excardenal argentino Jorge Bergoglio, envió un mensaje que fue leído durante el Te Deum y en el que expresó su intención de estar "cerca de los que más sufren, los enfermos, los que viven en la indigencia, los presos, los que se sienten solos, los que no tienen trabajo y pasan todo tipo de necesidad".
El jefe de la Iglesia Católica extendió su saludo a "los que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano y explotación de personas, los menores víctimas de abuso y tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga. Todos ellos llevan el duro peso de situaciones, muchas veces límite. Son los hijos más llagados de la Patria".
"Y sentimos hondamente en el corazón que a la madre patria no se la puede vender. Celebramos 200 años que se proyecta más allá de los límites del país, hacia la Patria Grande, la que soñaron (los libertadores sudamericanos) José de San Martín y Simón Bolívar", escribió Francisco.