Alertan por incremento en picaduras de alacrán durante la temporada de calor
Fotografía: Rocío López.




Guadalajara, Jalisco.

Además de las infecciones gastrointestinales, quemaduras por el sol, golpes de calor y otras afecciones por el calor, esta temporada de estiaje también se incrementan las picaduras de alacrán.

Advierten los Servicios Médicos de Zapopan que la mayor incidencia en su municipio se registra en la zona norte.

Especialistas explican que uno de los alacranes considerado de alta toxicidad es de las especies más comunes en Jalisco. Estos arácnidos buscan principalmente lugares oscuros como roperos, armarios, zapatos y bodegas para refugiarse, por lo que se recomienda tener precaución en estos espacios y antes de ponerse el calzado o la ropa se debe sacudir.

El año pasado, el Hospital General de Zapopan y las seis Cruz Verde del municipio atendieron 2 mil 736 casos de intoxicación por picadura de alacrán.

La Cruz Verde Villa de Guadalupe, ubicada en la zona norte del municipio, fue la que tuvo mayor incidencia con mil 51 casos de picaduras, es decir, 38.4% del total.

En lo que va del año se ha brindado tratamiento a 281 personas en Zapopan sobre todo en la Cruz Verde Villa de Guadalupe. La subdirectora médica de la unidad, Teresita de Jesús Pérez Gómez, detalla cuáles son los signos de alerta ante una picadura de alacrán:

"Signos de alerta que si bien necesita observación en el hospital, puede ser dolor abdominal, puede ser aumento en la presión arterial, sensación de adormecimiento, parestesia en las extremidades, dolor en donde hubo la picadura y casos más extremos puede haber arritmias cardiácas, fiebres intensas, crisis convulsivas y algo muy común llamado trismus es decir el exceso de salivación o salida de saliva, esos son casos que necesitan atención médica inmediata, necesitan el suero antialacrán, analgésicos, monitorización y vigilancia para evitar complicaciones futuras".

Mientras que en una intoxicación leve, el dolor es intenso con adormecimiento del sitio corporal de la picadura, nerviosismo e irritabilidad. En menores de cuatro años el llanto es incontrolable por lo que se invita acudir de manera inmediata al puesto de socorro para recibir atención.