Guadalajara, Jalisco. 

Cuando te dicen que no hay que sacar a los animales de su medio ambiente es porque cada uno tiene cuidados especiales y lo más probable es que tú no puedas dárselos.

La elefante Annie, ejemplar africano estaba en un terreno cerca de Lagos de Moreno amarrada por unas cinco horas. Esta semana personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), acudió a la revisión.

Mediante un comunicado, personal del Zoológico de Guadalajara explicó que el dueño no permitió su ingreso, solo al personal de Profepa.

Resultó que las instalaciones donde estaba Annie no cumplen en ningún aspecto con los estándares internacionales para el cuidado y manejo de elefantes.

Aunque no tiene un estado crítico, es visible una condición corporal y masa muscular pobre, lo que podría ser signo de no recibir una dieta y actividad física óptima de acuerdo con su especie y edad. 

• No cuenta con instalaciones para el contacto protegido y seguro con ella. 
• Algunas piezas dentales aparentan desgaste o cortadas de forma incorrecta.
• Tiene uñas gastadas o recortadas de forma inapropiada.
• No tenía charca de agua ni de lodo, lo cual es fundamental para hidratarse y cuidar su piel.
• Llevaba varias horas amarrada en una cancha de frontón que fue adaptado como dormitorio. 
• En la visita, Annie mostraba el comportamiento de balancearse de un lado a otro y aunque intentaron leer su microchip de identificación, no lo tenía.
• Estos animales son altamente sociales. Así que tener un elefante solo afecta su bienestar.
• Annie estaba estresada porque tenía el abdomen distendido, pero solo fue posible hacer una revisión visual para no aumentar la tensión.

El Zoológico Guadalajara ofreció a los propietarios y a Profepa todo el apoyo técnico y puso a su disposición las instalaciones especializadas y adaptadas para el manejo de elefantes que cuentan con más de 6,700 metros cuadrados.