Volkswagen pagará 1.200 millones de dólares a concesionarios en EEUU por Dieselgate




San Francisco, Estados Unidos 

El fabricante de automóviles alemán Volkswagen aceptó pagar cerca de 1.200 millones de dólares a sus concesionarios en Estados Unidos para poner fin a cualquier demanda vinculada a sus motores alterados para engañar a los organismos de control antipolución, indicaron el viernes de noche las partes involucradas.

Volkswagen explica en un comunicado que había llegado a un acuerdo con los concesionarios, que había sido anunciado el mes pasado. Los detalles del acuerdo no habían sido divulgados, pero fuentes cercanas al caso hicieron entonces referencia ante la agencia Bloomberg a un monto similar al confirmado este viernes.

"Volkswagen aceptó pagar en efectivo un monto máximo total de 1.208 millones de dólares a los revendedores involucrados, y ofrecerles beneficios suplementarios para resolver las demandas pasadas, actuales y futuras", afirma el grupo en el comunicado. La suma se distribuirá entre 652 concesionarios, informaron separadamente los abogados de estos últimos. VW también aceptó recomprar los vehículos con motores trucados que aún conservan los concesionarios.

El acuerdo detallado fue presentado ante el tribunal de San Francisco que entiende en el caso para su aprobación. La suma que se pagará a los concesionarios se agrega a un plan de indemnizaciones de 14.700 millones, también aprobado por el mismo tribunal en julio último, a los cerca de 480.000 propietarios estadounidenses de los coches equipados con los motores amañados.

Volkswagen reconoció en septiembre de 2015 que había alterado los motores de 11 millones de autos en todo el mundo para que sus emisiones parecieran inferiores a las que realmente eran. Los recursos financieros destinados a enfrentar las consecuencias legales del escándalo causaron en 2015 la primera pérdida neta de la compañía en más de 20 años.

Estos acuerdos amistosos refieren únicamente al ámbito civil del caso. Volkswagen también ha sido demandada penalmente en Estados Unidos y enfrenta una cascada de reclamos e investigaciones en el resto del mundo, especialmente en Europa y Canadá.