Treinta años después surge otro mata indigentes




Guadalajara, Jalisco.

A casi 30 años de un caso confirmado de un asesino en serie donde sus víctimas eran personas en situación de calle, la historia se repite.

El 9 de marzo de 1989 en Guadalajara inició una cadena de nueve asesinatos de personas de la tercera edad que vivían en la vía pública. La policía guardó silencio, pero periodistas lo pusieron en evidencia el 5 de mayo del mismo año, cuando se cobró la tercer víctima… cuando la víctima fue Vicente Alexander mejor conocido como “El Rafles Mexicano”.

Su cuerpo fue localizado en la Calzada Independencia y Prisciliano Sánchez, con un disparo en el cráneo. La bala del calibre 7.65, perteneciente a una pistola de origen Alemán, casi de colección, fue suficiente para ligarlo al resto de los asesinatos.

El cruce muy cerca de donde hoy, otro asesino serial, que podría tener hasta diez víctimas en un año, ha perpetrado varios de esos asesinatos.

Hace casi tres décadas, en una accidentada investigación, donde indigentes entraban y salían de los albergues, cada vez que se liberaba y luego se detenía a un sospechoso, poco a poco se empezó a saber que el homicida era un hombre de tez blanca, tal vez de entre 55 y 60 años, de cara afilada, que renqueaba al caminar. Vestía una capa y circulaba a bordo de un Volkswagen de color negro.

Durante 64 días se le buscó, sin éxito, en cambio las publicaciones en los principales diarios alimentaron su fiereza, los asesinatos cada dos semanas, pasaron a cada tres días, luego, de pronto, equivocó su disparo. Mató por error a un velador de una escuela, que se sentó en la banqueta frente al plantel a fumarse un cigarro; la hija de su víctima lo vio, dio más detalles, él entonces paró.

Se especuló con otros homicidios de indigentes en Tijuana, tal vez había emigrado, pero le perdieron la vista. Desapareció. 30 años después hay otro asesino serial de personas en situación de calle, en nuestra ciudad.