Guadalajara, Jalisco.
La Universidad de Guadalajara está abierta a las observaciones que la Comisión Estatal de Derechos Humanos podría hacerle luego de la marcha del 8M cuando un elemento de seguridad roció al suelo un extintor ante el ingreso de algunas manifestantes a la planta baja del edificio de Rectoría ubicado en Enrique Díaz de León y Juárez, indica el rector general, Ricardo Villanueva, pero pide comprensión a quienes actuaron de esta forma:
"habrá quienes estén de acuerdo y quienes no estén de acuerdo en las formas, pero el fondo es lo importante en el debate de género y hemos sido muy tolerantes, somos una institución, a mí mucha gente me ha recomendado poner vallas y nunca las he puesto ni las voy a poner, pero de eso a que cuando la manifestación empezaba a entrar al edificio si generó miedo en el personal y efectivamente hubo una descarga al piso para intentar cuidar la integridad de las personas que estaban adentro, espero que se entienda que del otro lado había seres humanos que se asustan y no están preparados para una contingencia así, no es lo ideal, no es lo que yo hubiera deseado, pero hemos respetado hasta los límites que las mujeres puedan manifestarse como ellas lo crean y lo seguiremos respetando".
Reiteró que lo más importante, lejos de los vidrios rotos, es reconocer como institución que se está mal, que se debe ser autocrítico y qué debe cambiar:
"Dejamos como símbolo el primer atril que nos grafitearon en la primer marcha, yo decidí no borrarlo y no borrarlo como una mancha que debemos reconocer que como institución tenemos, espero que, me encantaría que la violencia acabara en mi sexenio pero a lo mejor no se acaba y la Universidad debe reconocer que hay violencia al interior, como hay violencia en la sociedad, en las familias, como cada vez hay más violencia".