Reino Unido sigue en alerta por los disturbios de extrema derecha
Fotografía: AFP




Londres, Reino Unido.

El primer ministro británico Keir Starmer pidió el viernes a las autoridades seguir en "alerta" por los disturbios racistas y de extrema derecha en el país, el mismo día en que un tribunal dictó una condena de cárcel por incitación al odio en internet.

La ola de violencia estalló el 30 de julio tras la muerte de tres niñas en un apuñalamiento en Southport, en el noroeste de Inglaterra, y después los disturbios se extendieron por todo el país.

Las protestas fueron atizadas por rumores en internet sobre la identidad del sospechoso, falsamente presentado como un solicitante de asilo musulmán.

Starmer, que se enfrenta a su primera crisis desde que asumió el cargo el 5 de julio, pidió el viernes a la policía que se mantenga "en estado de alerta" para "garantizar la seguridad".

  • Pese a un cierto regreso a la calma tras diez días de disturbios racistas e islamófobos, el gobierno teme que la reanudación del campeonato de fútbol este fin de semana provoque nuevas tensiones por las conexiones de la extrema derecha con los hinchas violentos.

Este mismo viernes un tribunal en Leeds condenó a 20 meses de prisión, la mitad en firme, a Jordan Parlour, de 28 años, que confesó haber escrito mensajes con el objetivo de "incitar al odio racial".

El acusado difundió en Facebook publicaciones para incitar a atacar un hotel donde estaban albergados solicitantes de asilo y refugiados.

Miles de policías están movilizados desde que estallaron los disturbios.

Salvo incidentes puntuales en Irlanda del Norte el jueves por la noche, el resto del país no registró nuevos brotes de violencia desde el martes y el miércoles miles de personas salieron pacíficamente a la calle en varias ciudades para protestar contra el racismo y la islamofobia.

La policía informó que el sospechoso del ataque contra las menores que motivó las protestas es un joven de 17 años nacido en Gales y los medios británicos indicaron que sus padres son ruandeses.

Casi 600 personas han sido detenidas y unas 150 fueron imputadas hasta ahora.

El primer ministro prometió esta semana condenas "rápidas".