Guadalajara, Jalisco.
El año pasado se recibieron 21 mil 869 llamadas a la línea 075 de atención en crisis, en donde el personal que trabaja día y noche, todos los días del año, escucha historias de todo tipo: de tristeza, desesperanza, vacío, rabia, violencia… historias verdaderas de terror.
Zaira Ruiz Solís reforzó la Línea de Intervención en Crisis del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme) ante la llegada de la emergencia sanitaria por COVID-19. Es psicóloga de profesión y cada mañana tiene que prepararse para atender a sus pacientes y a las personas que llaman a la línea, una labor que muchas veces le lleva bastante tiempo, pues hay diálogos que pueden durar más de dos horas.
La especialista reconoce que mucha gente piensa que por ser psicóloga o, en el caso de los psiquiatras, no necesitan ser acompañados, contenidos o atendidos, sino que ellos tienen las herramientas para hacerlo por sí mismos, que los problemas de las personas que atienden en la línea no les deben afectar, pero esto no es así. Hay hasta memes de eso:
Imagen: memedroid
“El ser psicólogo o psiquiatra no te da un blindaje, no estás blindado a que algo sientas, siempre les pongo un ejemplo: es como cardiólogo o un cirujano cardiólogo que es una eminencia y capacita y entrena. ¿Qué pasaría si él necesita ser operado? Él va a decir: ‘Pues no, porque soy cardiólogo, pues yo mismo lo voy a hacer, me voy a operar’. Pues no, no se puede operar solo. Creo que en la formación o estos mitos o etiquetas donde los psicólogos no nos enfermamos psicológicamente, o ¿por qué te enojas si eres psicólogo o por qué te deprimes? Hacen mucha burla de: saca tus apuntes”.
Los casos que todos los días, todo el día escuchan muchas veces, los desgastan, los preocupan, los deprimen y tienen que buscar cómo salir adelante y regresar a su propósito de vida, más que buscar una motivación, buscan regresar a su propósito:
“Hablar del propósito va más allá de solamente la motivación. Motivación tiene que ver con una recompensa inmediata. A veces no estamos motivados, no tenemos las ganas, incluso nos enfadamos. Aunque nos encante el trabajo, la rutina: levantarnos, y el propósito es acordarme por qué".
La realidad es que trabajar como escucha y apoyo de personas, cuando éstas atraviesan por el momento más difícil de su vida, es un trabajo muy desgastante emocionalmente, anímicamente, pero también que llena de satisfacciones, dice Zaira Ruíz.
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