Capulálpa, Sierra de Juárez, Oaxaca.
La nueva Ley Forestal, con reservas, ha sido votada con 94 oposiciones, ocho abstenciones y 155 ausencias de diputados federales, y es vista con temor por los responsables de proyectos de bosques comunitarios, que cada vez enfrentan más limitaciones de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para poder aprovechar sus ecosistemas y los servicios ambientales que estos prestan.
La bióloga zapoteca Lucina Ruiz Pérez, de la Unión de Comunidades Productoras Forestales Zapotecas Chinantecas (Uzachi), una de las asociaciones de bosques comunitarios más antiguas del sur de México, destacó los escasos apoyos.
Además de la merma de apoyos, hay un fuerte condicionamiento tecnológico atado a la urgencia de la modernización, que no repara en que los bosques naturales se ubican en zona de montaña y que son mucho más que madera, agrega el presidente del consejo de vigilancia de Capulálpam, Orlando Toro.
La cuestión es que la forestería comunitaria tiene una historia no mayor a 40 años en el país, y todavía requiere fuertes apoyos y transferencia de conocimiento porque son proyectos de largo plazo. Se empieza por vender el monte y se llega a generar sólidas empresas comunales, subrayó la bióloga.
Así se viven los cambios en las zonas forestales de las comunidades indígenas y ejidales del país. Lejos de la toma de decisiones que ahora parece condenarlos.
Recuerda que: Nueva Ley Forestal elimina participación civil en toma de decisiones sobre bosques