Las montañas desconocidas de Nepal abren una nueva era en el alpinismo
ROBERT KAY / AFP




Katmandú, Nepal

Las grandes montañas de Nepal, incluido el Everest, han atraído durante mucho tiempo a escaladores de todo el mundo, pero en los últimos tiempos está creciendo una comunidad que explora cumbres más desconocidas que prometen soledad y una práctica del alpinismo más auténtica.

Este pequeño país en el corazón del Himalaya cuenta con ocho de las 10 cumbres más altas del mundo y cada año recibe a cientos de alpinistas, lo que ha convertido el montañismo en un lucrativo negocio.

Pero al mismo tiempo que las expediciones comerciales se centran en el Everest y en los otros "ochomiles", una nueva generación de aventureros mira más hacia otros picos no tan populares y de menor altura, pero que ofrecen igual o mayor dificultad de escalada, así como la posibilidad al alpinista que haga cumbre de alcanzar una gesta inédita.

Nepal cuenta con 462 picos aptos para la escalada, de los que alrededor de un centenar nunca han sido conquistados.

"Si solo te interesa la altura del pico, la lista de montañas a escalar es limitada", explica a la AFP el alpinista francés y veterano líder de expediciones Paulo Grobel.

"Pero si amplías tu interés a 7.900 metros, hay mucho potencial. Si bajas a 6.900 metros, hay muchos más picos esperando", añade.

Este otoño (boreal), Nepal ha emitido 1.323 permisos de escalada, pero mientras la gran mayoría de los escaladores forman parte de grandes expediciones comerciales en las montañas más populares, varios equipos pequeños e independientes están dispersos por montañas remotas y menos conocidas.

Muchas de estas expediciones están intentando hacer cumbre con el estilo alpino auténtico: apoyo mínimo, sin oxígeno suplementario, sin cuerdas fijas y cargando con su propio equipo.

El concepto no es nuevo, pero está ganando adeptos rápidamente.

"La aventura es mayor"

"Es un desafío inmenso", dice la estrella del alpinismo francés Benjamin Vedrines, que junto a su compatriota Nicolas Jean se convirtieron el domingo en los primeros en hacer cumbre en el Jannu East, de 7.468 metros.

"Para mí es muy importante. El estilo alpino es completamente diferente en términos de habilidades, en términos de pasión. La aventura es mayor", añade este alpinista de 33 años que asegura que hay muchas montañas nepalíes a escalar más allá de los "ochomiles".

"Sólo están un poco por debajo de los 8.000 metros. "Tal vez la sociedad las valore menos, pero están infravaloradas. Queda mucho por explorar", asegura.

Este cambio coincide además con las inquietudes que genera el alpinismo masificado en términos de sostenibilidad y las críticas de los más puristas por el exceso de expediciones y su comercialización.

"Ver a jóvenes alpinistas técnicamente muy bien formados interesarse por otras montañas, a menudo menos interesantes, es una evolución positiva", dice la alemana Billi Bierling, directora del Himalayan Database, que registra los datos de todas las expediciones.

"Espero que también lo hagan de manera segura porque es el siguiente paso a venir", matiza.

Posibilidades infinitas

Muchos de estos picos intermedios de Nepal siguen siendo logísticamente inaccesibles, no porque sean demasiado difíciles, sino porque son demasiado remotos.

"Es caro viajar y luego tienes que transitar por regiones donde no existen muchos hoteles", explica el escalador y guía nepalí Vinayak Malla.

En caso de accidente, "el rescate es difícil", añade.

En cambio, estas nuevas expediciones llevan ingresos turísticos a valles hasta ahora marginados de las principales rutas principales de senderismo.

  • En agosto, Nepal eliminó las tarifas de escalada de 97 picos para promover montañas menos conocidas.

"Constatamos un mayor interés en montañas por debajo de los 8.000 metros. Poco a poco estamos promoviendo nuevas regiones, para que a medida que aumente el interés, la infraestructura y la mano de obra necesarias para apoyarlas puedan desarrollarse", explica Himal Gautam, jefe de la sección de montañismo del departamento de turismo de Nepal.

Para Paulo Grobel, se abre un nuevo capítulo de la historia del alpinismo en Nepal: "Si te interesa la escalada como experiencia, tienes que ir a otros picos. Las posibilidades son infinitas".