Guadalajara, Jalisco.
La vida de Linda cambio radicalmente desde que su hijo Jorgito de 10 años volvió a nacer. Sobrevivió a las más de 20 puñaladas que recibió con tijeras de jardín.
Hace apenas unos días comenzó a mostrar a señales de estímulos. Linda volvió a ver a ver los ojos de Jorgito parpadear y detectar pequeños movimientos en su cuerpo aún en recuperación.
Aunque quisiera, la vida no se detuvo aquel 13 de marzo cuando ocurrió el ataque a Jorgito y Linda tuvo que regresar al trabajo para poder sostener a Jorgito y a su otro hijo de cinco años.
La pesadilla comenzó la noche del 13 de marzo en la colonia las Huertas en Tlaquepaque, a Jorgito lo habían apuñalado en brazos, espalda, cara y cabeza con un objeto punzocortante mientras estaba al cuidado de su padre, expareja de Linda.
Los testigos señalaron como culpable al padre de Jorgito y éste fue puesto en manos de la justicia de inmediato, se presume que estaba en la vivienda cuando afuera de ésta, ocurría el ataque al menor y se presume también a decir de Linda, que según testigos, en el lugar y momento de los hechos, había más personas que salieron huyendo cuando ocurrió el brutal ataque.
Jorgito paso más de un mes hospitalizado, primero en el Hospital Civil de Guadalajara y finalmente en el Centro Médico de Occidente, a donde llegó con una infección fuerte en el cerebro y donde fue intervenido quirúrgicamente al menos otras dos ocasiones sumadas a las tres cirugías a las que ya había sido sometido.
“El quedo en terapia intensiva, o sea quedo totalmente en vegetal, no respiraba por sí solo, él no estaba aquí con nosotros o sea, si duró tres semanas, aproximadamente cuatro, cuando de repente pues ya despertó y ya como a las dos semanas lo bajaron a piso, para eso yo lo traslado a Centro Médico y en Centro Médico pues le detectan una infección muy fuerte que él traía, no recuerdo cómo se llama la infección pero gracias a dios las traías encapsuladas pero no eran del lado donde sufrió la herida, fue del lado izquierdo donde se generaron esas cápsulas de pus”, dijo Linda Alvarado, madre del pequeño.
Contra todo pronóstico, Jorgito salió bien librado, se recuperó de la infección y fue dado de alta hace cerca de un mes, desde entonces ésta en una casa de familiares que apoyan a Linda con el cuidado especial que requiere la recuperación de Jorgito.
Recibe donaciones de pañales y un sin número de muestras de cariño que acompañan su convalecencia, entre ellas el apoyo de un par de estudiantes de fisioterapia que de modo voluntario acuden a dar rehabilitaciones al menor que se acompañan con las sesiones que le brindan en el CRIT de Occidente.
Hasta el momento todo camina de modo favorable, Jorgito muestra cada vez más señales de recuperación pero los diagnósticos aunque no son definitivos, tampoco son tan esperanzadores, actualmente Jorgito no es capaz de escuchar o ver, debe ser alimentado mecánicamente y su movimiento corporal es casi nulo.
Para Linda lo único que importa es que su hijo se recupere, salga de todo peligro y paulatinamente pueda volver la vida que antes tenía, cuando se caracterizaba por ser un niño alegre e inquieto, pero también le importa la justicia en el caso, puesto que no cree que el único culpable sea el padre de Jorgito dado los testimonios de vecinos que insisten en mencionar la presencia de más personas en el momento del ataque.
Linda intenta que las autoridades comprendan que no busca reactivar las investigaciones para tratar de interceder por el padre de Jorgito, sino porque teme que los posibles agresores sigan libres y puedan repetir hechos atroces en contra de niñas y niños, pero lo que único que ha conseguido hasta el momento es ser señalada como ignorante y ser desacreditada por parte de elementos de la Fiscalía General de Jalisco.
“Sentí que para ellos soy una personas ignorante, que según ellos yo quiero sacar libre al papa de mi hijo cuando yo les dije, yo no vengo a decirles que lo saquen, yo vengo a exigirles que busquen e indaguen más allá, o sea que sí hay más responsables también paguen por su responsabilidad, que es lo que yo creo, porque varias personas así lo afirman, a lo que ellos me dicen que no, que ellos tienen demasiados testigos, cuando la primera vez que yo fui a la Fiscalía me dijeron claramente que ellos solamente tenían el testigo que era el vecino, el que declaró en contra del papá de mi hijo y que eran más que pruebas suficientes”.
Para Linda quedan muchos cabos sueltos e imprecisiones en la investigación de la agresión a su hijo, durante el ataque, el o los agresores se tomaron el tiempo de desvestirlo hasta dejarlo solo en ropa interior, en la escena del ataque se localizaron las prendas del menor aunque Linda no reconoce que esas prendas correspondan a las que vestía esa ocasión el pequeño Jorgito, además en el parte médico se anotaron dos tipos de heridas de dos tipos de armas diferentes y eso no se incluyó en las averiguaciones.
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