Guadalajara, Jalisco.

A manera de homenaje, este martes 2 de abril se realizará una función especial de lucha libre en la Arena Coliseo de Guadalajara, para reconocer a “dos leyendas”:

A Salvador Lutteroth, el padre de este espectáculo deportivo en México y principalmente en Guadalajara; y a Tony Salazar, que marcó una época como luchador, y en su retiro como mentor dentro del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

Fotografía: Eladio Quintero 

Acerca de este homenaje, que iniciará a las 20 horas, Juan Carlos Ávalos, cronista deportivo del CMLL, habló sobre la relevancia que forjó Salvador Lutheroth, nacido en Colotlán, Jalisco, que a mediados del siglo pasado logró que iniciaran las operaciones de la Arena Coliseo en Guadalajara.

“Su contacto con la lucha libre se da precisamente en Estados Unidos, fue cuando se queda impactado con lo que estaba viendo arriba de un cuadrilátero, y el decidió traerlo a México.

Lógicamente dentro de lo que él estaba trabajando en ese momento estaba establecido en lo que era el Distrito Federal, y empezó a buscar la manera de traer esos eventos”.

• Juan Carlos contó que fue gracias a un boleto de lotería con el que Lutteroth resultó ganador de 40 mil pesos, lo que fue el primer impulso que necesitaba para empezar con el proyecto de la hoy Arena Coliseo ubicada en el barrio de Analco, recinto que inicialmente tuvo espectáculos de boxeo, y poco a poco se estableció como uno de los puntos históricos de la Lucha Libre mexicana.

Sobre el coliseo, Juan Carlos agregó:

“Era para que toda la gente se diera cuenta de este maravilloso deporte, que se enamorara de algo tan sensacional como es la lucha libre, y al final de cuentas decide hacerlo aquí en 1959, un 20 de junio inicia la historia, y hasta ahorita estamos a punto de cumplir 65 años”.

La función especial de Lucha Libre “Homenaje a Dos Leyendas” será a las 20 horas, y en la cartelera estarán presentes luchadores tapatíos que actualmente se han convertido en exponentes dentro y fuera de México, como el caso de Dark Silueta y Los Hermanos Calavera.

Fotografía: Eladio Quintero