Guadalajara, Jalisco.
Meses atrás se viralizaron unas imágenes desgarradoras: un video en donde niñas y niños no mayores de 12 años traían palas y picos levantando la tierra, buscando a sus desaparecidos.
Buscan niños a su desaparecidos
Mientras @lopezobrador_ y Beatriz viven en un Palacio, tres de sus hijos en el extranjero, otro en las fábricas y robando en Morena pic.twitter.com/zdDmEqdnAe
— José Díaz (@JJDiazMachuca) September 18, 2022
Una imagen que nunca habrías pensado ver. Una imagen desgarradora, que te deja con un nudo en la garganta.
Con su tapaboca de Mickey Mouse, este niño se manifiesta para pedir verdad y justicia para su ser querido desaparecido en #Nayarit.
Las niñas y los niños también buscan a sus #desaparecidos. pic.twitter.com/uEepelq7oD
— Jérémy Renaux (@jeremy_renaux) September 5, 2020
En esta entrega te traigo las historias de estos niños, esas que, aunque no tendrás de viva voz para no hacer más daño, sí las conocerás a través de un informe recién publicado por la Red por los Derechos de la Infancia en México.
En este informe participan también asociaciones civiles en Jalisco que se han dado cuenta de la importancia de acompañar a estos pequeños buscadores que crecen en soledad, porque sus mamás buscan a sus hermanos o a su papá.
El informe incorpora la voz de algunos niños y niñas que han sido afectados por las desapariciones de sus familiares y seres queridos. Entre ellos están Fernando, Valentina, Montse, Jade, Sebastián, Rubí y Emiliano, quienes hablaron sobre la pesada carga que llevan a cuestas.
En una edad tan vulnerable, las “infancias buscadoras”, como se les identifica en el Informe, crecen caminando entre matorrales, cargando un pico o una pala, llevando agua o una cubeta, siempre con la esperanza de encontrar a su hermano, a su primo, a su papá o mamá.
El equipo psicosocial de acompañamiento de las familias en el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) trabaja con estos niños y sus familias en Jalisco para darles asistencia y acompañarles ante este sufrimiento que hay en su entorno.
Fotografía: Fátima Aguilar
La terapeuta del CEPAD, Sofy Virgen, explica cómo llegan y cómo los abordan cuando detectan a estos pequeños buscadores:
"Les hablamos más bien de ese día, cómo se sienten. Es más bien un proceso de cómo lo van a abordando, ver si lo pueden nombrar más bien, esperar a que ellos nombren la situación. -¿Nombrar quiere decir desaparición?- Sí, mi familiar, mi mamá, mi hermana, mi papá están desaparecidos. Hay quienes no lo nombran, no lo dicen así tal cual, y se va trabajando de otras formas, mencionan la desconfianza, las pesadillas, la tristeza, el miedo de que le pase a su abuelita”.
En el informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México se detalla la historia de varios niños buscadores, como la de Fernando y Sebastián.
Ellos han ido a campos, han visto fosas, han estado y tal vez seguirán estando en ese lugar.
Como Rosa, una adolescente que es la más joven del grupo “Las Rastreadoras del Fuerte”, en Sinaloa. Ella busca a su padre, Bladimir Castro Flores, desaparecido en 2013. Y también anda por los cerros con pico y pala desde hace varios años.
Somos un grupo de mujeres y hombres, constituidas y reconocidas legalmente como “Las Rastreadoras del Fuerte”, nacimos un 14 de Julio de 2014 tras sufrir la pérdida de un ser querido, que no cuenta ni entre vivos, ni muertos, por ello #TeBuscareHastaEncontrarte. pic.twitter.com/jVxzMbeou5
— Las Rastreadoras del Fuerte (@LasRastreadoras) May 22, 2020
Los niños buscadores, o que forman parte de una familia que tiene a un desaparecido, están en el limbo. Crecen en soledad, bajo el cuidado de sus abuelos, vecinos, o incluso entre ellos.
Y debido a que también participan en las marchas, en las búsquedas, dejan de ir a la escuela, se atrasan, reprueban y su vida irremediablemente se pone en pausa.
Por esta razón, hay una urgencia de que las autoridades y la sociedad, se solidaricen y creen una red fuerte para ayudar y asistir a estas infancias y familias en búsqueda, explica Sofy Virgen:
"Sí, y no hay una red suficiente que pueda acompañarles. Eso también es una necesidad. Desde instituciones públicas no hay programas tampoco educativos, cuando la mitad de su día la pasan en la escuela; no hay un programa educativo, ni hay personal capacitado para atender estas situaciones en preescolar, primaria o secundaria”.
Y por si fuera poco sufrir la desaparición de un ser querido, estas niñas, niños y adolescentes sufren el estigma de la desaparición y revictimización del familiar que ya no está:
"Además del estigma que se crea, el estigma social que se crea, pues también las autoridades no ayudan mucho a quitar este estigma. Además, se va creando sensación de soledad, además de lo que viven en su familia, que también están enfocadas en la búsqueda, y que las mamás no tienen esta red de apoyos y de cuidados para poder atender toda esta nueva situación".
Fotografía: Fátima Aguilar / Archivo
Eso sin mencionar que, en muchas de las desapariciones registradas en el país, las familias también tienen que desplazarse por la inseguridad que viven al buscar a sus seres queridos:
"Así es. Sí: la escuela y toda su red social también cambia, es un momento en el que hay un quiebre en su vida. Entonces, reintegrarse y reintegrar su vida es también todo un proceso, que si se pudiera acompañar estuvieran las condiciones y se crearan, todos los programas que hay, creo que sería más sencillo, menos difícil, más bien".
La especialista añade que también hace falta que la sociedad sea más empática y más solidaria con estas familias y con estas infancias:
"Como sociedad, entender que estamos pasando por esto y poder ser más empáticos. Entender que esto sucede, para si alguien tiene un compañero que le esté sucediendo, si yo soy docente y sé que quizá el niño no va a poder estar en su mejor momento y estar pendiente de esas situaciones, si se aísla, con quién se siente seguro para hablar eso, también es una responsabilidad social crear espacios seguros y de confianza para estas niñas, niños y adolescentes".
Fotografía: Gobierno de Zapopan/ Ilustrativa
Contrario a lo que podrías pensar, estos niños que sufren junto a su familia la desaparición de un ser querido quieren crecer en un mundo diferente y que ya nadie viva el sufrimiento por el que atraviesan.
Al final, lo que buscan es cambiar su entorno, estudiar para convertirse en profesores, ser investigadores, ser abogadas o abogados… En fin, quieren estudiar algo para ayudar a niños que, como ellos, sufren la desaparición de sus familiares.
Lee el especial completo: Niños invisibles
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