Los funiculares de Lisboa, un medio de transporte centenario convertido en atracción turística
Foto: AFP




Lisboa, Portugal. 

Con su encanto algo anticuado, los funiculares de Lisboa se convirtieron poco a poco en una visita obligada para los turistas, pero durante mucho tiempo fueron un medio de transporte más para los habitantes de la escarpada capital portuguesa.

"Para los turistas es una atracción, pero para nosotros es un simple medio de transporte", cuenta a AFP José Silva, jubilado aún conmocionado al día siguiente del descarrilamiento de uno de esos funiculares emblemáticos de Lisboa, que dejó al menos 16 muertos.

"Era uno de los medios más prácticos para ir al Barrio Alto", recuerda.

Silva trabajó en los años 1960 como repartidor de periódicos y acudía todos los días a ese sector que entonces albergaba numerosas imprentas y redacciones.

"En aquella época no había tantos turistas" y el funicular era sobre todo utilizado por los habitantes de la ciudad, prosigue mientras pasea a su perro en la "Baixa", corazón histórico de Lisboa.

Como él muchos lisboetas guardan un recuerdo personal de esos "ascensores mecánicos".

"Todos los lisboetas lo han tomado al menos una vez", afirma Adelaide Alves, peluquera de 57 años que trabaja en el centro de la ciudad.

"Personalmente no me sentía cómoda, así que no lo tomaba a menudo. Aunque a veces no había elección. La subida a pie es muy impresionante y resbaladiza como manteca", describe.

No logra apartar los ojos de las portadas de los periódicos que se exhiben en el quiosco de su barrio, donde muchos vecinos se detienen a compartir su emoción tras lo que la prensa llama "la tragedia de Lisboa".

- No lo podía creer -

Para ellos el funicular de la Gloria, inaugurado en 1885 -compuesto por dos vagones amarillos que suben y bajan alternativamente mediante un sistema de contrapeso, salvando un desnivel de 48 metros en un trayecto de 265 metros de largo-, siempre formaron parte de la historia de la ciudad.

  • El ayuntamiento decidió suspender el funcionamiento de los otros tres funiculares de la capital portuguesa para verificar las condiciones de seguridad.

En los últimos años, con el auge del turismo, los centenarios funiculares amarillos, al igual que los tranvías de la misma época, se convirtieron en símbolos emblemáticos de una ciudad que recibió más de cinco millones de visitantes en 2023.

Un turismo que a veces exaspera a algunos vecinos, que abandonaron el uso de tranvías y funiculares en favor de alternativas como el metro o los autobuses.

Con sus callejuelas estrechas y empedradas, el "Barrio Alto", antiguo sector obrero que se extiende en una de las colinas de Lisboa, es hoy una parada imprescindible para los turistas.

  • Pero tras el accidente del miércoles muchos oscilan entre la incredulidad y el miedo retrospectivo.

"Esta mañana cuando me levanté y leí las noticias, no lo podía creer", confiesa Mateo Díaz, turista colombiano de 27 años de vacaciones en Lisboa, cerca del lugar del accidente, donde todavía es visible la carcasa destrozada del vagón amarillo.

"Precisamente habíamos pensado subirnos, pero había una fila de espera muy larga y al final desistimos", explica Antonio Javier, un turista español.

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