La otra cara de los jubilados: soledad y pobreza
Imagen ilustrativa. Foto de Pixabay: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-de-pie-junto-a-la-mujer-en-columpio-34761/




Palma.

No son pocos los alemanes que se trasladan a Mallorca tras jubilarse en busca de un clima benigno. Sin embargo, el sueño de unas vacaciones sin fin bajo el sol puede acabar fácilmente en soledad y pobreza, explica el responsable de una fundación que los asiste.

Roland Werner, de 62 años, señala que al principio solo se había planteado la idea de crear un lugar de encuentro para charlar.

En 2017, fundó para ello "Herztat" (Acto de Corazón), que entretanto se ha convertido en una organización de ayuda para los emigrantes alemanes, no solo en la isla española, sino también para permitirles regresar a casa si es necesario.

"Calculo que en Mallorca hay unos 2.000 mayores de habla alemana que se sienten solos, y la tendencia va en aumento", dice Werner, que ofrece a los pensionistas un punto de contacto a través de su fundación. Pero a menudo eso ya no es suficiente.

"Algunos se encuentran en una situación de emergencia y están totalmente desatendidos", explica.

El propio Werner se jubiló a los 52 años por motivos de salud, pero quería permanecer activo. Buscaba un reto, así que donó una suma de seis cifras y fundó "Herztat". "No tengo hijos. Este será mi legado".

La historia es casi siempre la misma, dice Werner: una pareja de ancianos emigra a Mallorca poco después de jubilarse, por lo que cortan sus lazos con Alemania, cancelan sus pólizas de seguro y se dan de baja en el registro de las autoridades.

Sin embargo, deciden no empadronarse en España. Por un lado, cuesta dinero y, por otro, apenas suelen hablar una palabra de español.

"Los pensionistas se sienten en forma y piensan que pueden llegar a fin de mes sin seguro médico", dice. Un error que a menudo tiene graves consecuencias.

Porque a medida que envejecen, la mayoría desarrolla cada vez más dolencias. Los mayores caen enfermos y los costes del tratamiento se tragan los pocos ahorros. Si uno de los cónyuges fallece, es un desastre: "Se pierde una pensión. Pero los gastos de alquiler siguen siendo los mismos", dice Werner.

En Mallorca hay una enorme escasez de viviendas. "Muchos alemanes tienen la idea errónea de que la vida en la isla es más barata. Sin embargo, los alquileres son más altos que en la mayoría de las zonas alemanas. No encontrarás en Mallorca un piso de un dormitorio por menos de 900 euros (980 dólares)".

  • Al principio, los voluntarios de la fundación solo llevaban a pensionistas solitarios a tomar un café, al cine o a un concierto. "Eso sigue existiendo, pero dos tercios de las personas a las que atendemos son ahora urgencias", dice Werner.

Otro problema es que la gente se avergüenza de su situación. Las amistades y los contactos se rompen y los necesitados siguen cancelando reuniones por problemas de dinero, ya que el presupuesto no da para un café o una cerveza.

"La familia y los amigos en Alemania suelen enfadarse desde el principio cuando la persona mayor se marcha y emigra a Mallorca", dice Werner. Por tanto, no cabe esperar mucha ayuda por su parte.

Por último, a los jubilados les cuesta admitir su situación. "Podríamos ayudar mucho mejor a muchas personas si se hubieran puesto en contacto con nosotros antes".

Hoy, 40 padrinos se ocupan de las urgencias. "En su mayoría son jubilados de Alemania y Suiza", cuenta Werner. Con el tiempo, los voluntarios se han convertido en auténticos expertos en lidiar con la burocracia.

  • El primer paso es ver cómo se puede admitir a los necesitados en un seguro médico. Pero a veces no queda más que el último recurso, regresar a Alemania.

Los patrocinadores de "Herztat" se ponen en contacto con las oficinas donde los pensionistas estuvieron registrados por última vez en Alemania o donde viven sus familiares, y luchan para que sean aceptados de nuevo en el sistema. Y, a continuación, la fundación sufraga el vuelo de vuelta y los gastos de traslado.