Los Ángeles, Estados Unidos.
Aludes de tierra y escombros bloquearon importantes arterias viales alrededor de Los Ángeles este viernes, luego de que fuertes lluvias bañaran las regiones afectadas por los incendios forestales el mes pasado.
Varias zonas de la ciudad en la costa oeste de Estados Unidos recibieron hasta 7 centímetros de precipitaciones en un único día, lo que causó inundaciones y deslaves en las áreas quemadas de las comunidades de Pacific Palisades y Altadena.
- La Autopista de la Costa Pacífico, una pinturesca vía que serpentea entre las colinas y el litoral, y a cuyos pies se alzaban mansiones arrasadas por las llamaradas de enero, fue cerrada tras ser inundada por espeso lodo.
El caudal de agua también lanzó un vehículo del departamento de bomberos de Los Ángeles al océano. Las autoridades esperaban este viernes sacarlo del mar.
El oficinal que manejaba la camioneta escapó cuando fue arrastrada por el agua, y sufrió algunas heridas menores, informó un vocero del departamento.
En las colinas de Hollywood, hogar para estrellas del cine y personas de clase trabajadora, un enorme alúd de barro dejó unos 20 centímetros en la avenida principal.
Y en Altadena, donde miles de edificios fueron devorados por las llamas el mes pasado,
varios vehículos quedaron atrapados en escombros y lodo que inundaron las calles.
Estos estragos ocurrieron a pesar de las extensas medidas de precaución que tomaron las autoridades, que ordenaron colocar bolsas de arena y barreras de concreto en los lugares considerados de riesgo como protección ante la llegada de la más fuerte tormenta del invierno en California.
Aunque la lluvia es necesitada urgentemente en la región, que hasta febrero no había visto precipitaciones significativas en ocho meses, siempre es vista con preocupación en las zonas afectadas por los incendios.
El riesgo de deslizamientos aumenta en las colinas del área donde la vegetación, que contribuye a arraigar la tierra, fue consumida por las llamas.
- También, el calor de los incendios endurece el suelo y lo vuelve menos absorbente de las precipitaciones.