Estados Unidos.
Desde niña, el arte corrió por sus venas. Nació en la Ciudad de México y creció viendo a su papá en los escenarios.
A los tres años ya compartía con él la pasión por el mundo del espectáculo. Pero a los nueve años, la vida le puso su primera gran prueba… la pérdida de su padre.
Florencia Cuenca, actriz y cantante:
“Se me fue. Pero mi mamá fue muy inteligente y me dijo: ‘¿Quieres seguir en esto? Vamos a prepararte’”.
Y entonces, su mamá, viuda y con cuatro hijos, luchó sola para sacarlos adelante. En Florencia crecía un gran sueño: llegar a Broadway. Pero la realidad económica de su familia hacía que ese deseo pareciera imposible.
“Me sentía ingrata por tener sueños tan grandes. Mi mamá sola, con mis hermanos y yo soñando con Nueva York, con Broadway… era imposible”.
Pero el destino se encargó de sorprenderla. Conoció a su esposo, quien es compositor de teatro musical y la animó a dar el gran salto. En 2015, durante plena luna de miel en Nueva York, ambos tomaron una decisión radical: quedarse y empezar de cero.
“Me dijo: ‘¿Y si nos quedamos?’. Y le dije: ‘Pues bueno… nunca vamos a estar listos, hay que hacerlo con los ojos cerrados y apostarlo todo”.
El camino no fue fácil. La ciudad más vibrante del mundo también puede ser la más dura. Florencia trabajó en muchas áreas: fue maestra de español, de música, mesera, anfitriona… mientras intentaba abrirse paso en el teatro.
“Cada vez que pasaba por Times Square, gritaba: ‘Diosito, por favor, quiero estar en Broadway, por favor”.
En medio de esa lucha, llegó una gran sorpresa: su embarazo.
“Fue difícil… pero las mujeres latinas, las mujeres mexicanas, tenemos muchos tamaños, muchas ganas y estamos acostumbradas a luchar”.
Y todo cambió de nuevo cuando se hizo residente de Estados Unidos.
Pudo finalmente adicionar y trabajar en lo que siempre soñó. Fue entonces cuando su carrera tomó un nuevo rumbo, con proyectos que mezclaban Broadway y la cultura latina, como su disco Broadway en Spanglish, en el que fusiona clásicos del teatro musical con mariachi.
“Nunca pensé que la gente lo fuera a recibir tan bien… pero hay una audiencia ávida de escuchar nuestras historias, de verse representada”.
Hoy, su sueño es una realidad. Se prepara para su gran debut en Broadway con Real Women Have Curves, un musical basado en la historia de mujeres latinas trabajadoras, que refleja el esfuerzo y la sororidad.
“Cuando la gente vea el show, va a decir: ‘Esa es mi mamá, esa es mi tía, esa es mi hermana’. Es una historia de mujeres, de fuerza, de empoderamiento”.
“Lo más importante es la comunidad. Apoyarnos entre nosotras. No tenemos que hacerlo todo solas. Y sobre todo, nunca dejar de soñar”.
Y como dice la misma Lucrecia… la constancia es la mejor aliada de los sueños.
- Ronen Suarc, Voz de América, Nueva York.
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