Fiscal general de Brasil estupefacto por cambios a leyes anticorrupción en Congreso




Río de Janeiro, Brasil

El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, se dijo "estupefacto" por las enmiendas hechas por los diputados a las leyes anticorrupción propuestas por los investigadores del escándalo Petrobras, en una nueva escalada de la guerra de poderes en el país.

"Estoy estupefacto por lo que pasó en Brasil. El voto en la Cámara de Diputados significó diezmar el proyecto de las diez medidas. No quedó nada", declaró el jueves Janot en un mensaje enviado al Ministerio Público desde la isla china de Hainan, donde participa en una reunión de fiscales generales del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)

La Cámara de Diputados aprobó la madrugada del miércoles una iniciativa que permite acusar a jueces y fiscales de abuso de autoridad.

Para los fiscales, ese proyecto representa "el comienzo del fin de Lava Jato" (lavadero de autos), como se conoce a la investigación que reveló una confabulación entre empresarios y partidos para financiar la política y acrecentar fortunas personales mediante subastas ilícitas en obras de Petrobras.

Janot se dijo "más estupefacto aún" por la frustrada tentativa del presidente del Senado, Renan Calheiros, de someter a la aprobación de la Cámara alta ese mismo miércoles, mediante un procedimiento de urgencia, las polémicas medidas.

"Me he preguntado por qué sucedió eso. No quiero creer que el presidente de un poder haya abusado del poder (...), que haya utilizado su sillón y su pluma para obtener una ventaja personal", declaró.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil discutirá este jueves si admite una denuncia contra Calheiros, de las doce que pesan contra él y que en muchos casos vienen arrastrándose desde hace años.

Calheiros es un aliado de peso del presidente conservador Michel Temer y miembro de su mismo partido, el PMDB.

El enfrentamiento entre poderes en Brasil se intensificó en vísperas de la firma de un acuerdo de "delación premiada" entre la Justicia y la constructora Odebrecht, la más implicada en el escándalo de Petrobras, para obtener el testimonio de más de 70 ejecutivos a cambio de una reducción en sus eventuales condenas.

Se estima que más de un centenar de políticos podrían verse implicados en las acusaciones de lo que en Brasilia ya denominan "la delación del fin del mundo".