Guadalajara, Jalisco.

Por su trayectoria de 25 años como caricaturista, el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, en su edición 20ª. le entregó el Premio La Catrina a Adriana Mosquera Soto “Nani”, la segunda mujer en obtener ese galardón, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL).

El vicerrector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Héctor Raúl Solís Gadea, destacó la trayectoria de “Nani”, quien es mejor conocida por su personaje “Magola”, la tira cómica de una mujer común alejada de la “mujer perfecta”, quien exige sus derechos frente a un mundo machista.

“Este año el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta ha decidido reconocer la trayectoria de 25 años de Adriana Mosquera Soto, mejor conocida como “Nani” o tal vez más conocida por su personaje icónico “Magola”. Resulta muy importante reconocer su trabajo no solo por el valor intrínseco de su trayectoria, sino también porque además es la segunda mujer que recibe este galardón”, subrayó.

Por su parte, el rector del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), Francisco Javier González Madariga, organizador del encuentro de caricaturistas, dijo que “Nani” es una mujer caricaturista “congruente con sus ideales”.

“Sí, hoy tenemos mucho por reflexionar y actuar, pero también muchos motivos para estar felices, como este premio que reconoce a “Nani” por su incansable trabajo y por hacer ver la luz al final del túnel, una luz de esperanza que el mundo puede ser mejor. Este premio le dará ánimos para seguir adelante en su camino, pero sobre todo le queremos decir: muchas gracias por gritar lo que muchos callamos y por denunciar lo que muchos omitimos y gracias por darnos a Magola”, expresó.

Emocionada, “Nani”, explicó que ganar el premio La Catrina fue un sueño que tuvo desde que participó por primera vez en el Encuentro de Caricaturistas, junto a Rius, Fontanarroa y Boligán, algunos a los que consideró como sus “maestros”.

Adriana Mosquera tiene 53 años y publica su tira cómica en el diario El Espectador de Bogotá, donde nació y desde donde ha publicado sus historias en España, México, Argentina, Ecuador, Cuba, Estados Unidos y Portugal.

“Por eso en mi trabajo hablo desde lo cotidiano, desde la cocina el baño o la cama, pero no se equivoquen, no son temas solo para mujeres, como siempre me quieren hacer ver los editores. Hablo de economía, ecología, política, religión, gobierno y de inseguridad ciudadana, desde el sitio donde nosotras las mujeres damos las más épicas batallas: nuestras casas. Al fin y al cabo la célula de la sociedad es la familia. Antes solo opinaban los hombres lo que a ellos les parecía importante. Nosotras rompemos con ese esquema y damos importancia y visibilidad a lo privado”, subrayó.

Al final, con La Catrina en sus manos se tomó una selfie con todos los asistentes al auditorio Juan Rulfo, que abarrotaron el lugar.