Guadalajara, Jalisco.

Los hechos de violencia registrados el lunes, sumados a la ola de asaltos y robos, sí generan “estrés poblacional” entre los habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara, sostiene Francisco Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).

Quienes sufren de “estrés poblacional” presentan síntomas de angustia, miedo y ansiedad constantes. Muchas veces, eso es identificado en forma errónea como “psicosis social” por la inseguridad, cuando el término correcto que deben usar los conductores de radio o televisión es “estrés poblacional”.

“El mejor término, es decir, no hay psicosis en la población, hay ataques de pánico, hay crisis; creo que ese es el término adecuado, porque como medios de comunicación, también podemos ejercer un efecto al hablar de la psicosis poblacional. Sí, es un problema, es el enemigo del nuevo siglo, causante de muertes, de reacciones vasculares, de infartos, debido al estrés”, explicó el especialista.

Por su parte, Rogelio Barba Álvarez, coordinador de la carrera de criminalística del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), dijo que quienes sufrieron daños en sus autos o sufrieron alguna lesión, durante el atentado al ex fiscal estatal, Luis Carlos Nájera Gutiérrez, tienen derecho a que les cubran la atención médica respectiva y les reparen sus vehículos o sus fincas.

Incluso, el abogado dijo que se les deben condonar los pagos de grúa y corralón. Para ello, deben acudir a la Fiscalía de Derechos Humanos, que preside Dante Haro Reyes.

“Son personas que no tienen nada que ver con el evento y el Estado se tiene que hacer cargo y al contrario, se les tiene que reparar el daño, porque son víctimas de un delito ajeno al evento sucedido”.

Sobre las opiniones expresadas en redes sociales, donde algunas personas lanzan duras críticas a Luis Carlos Nájera, por haberse reintegrado a laborar al día siguiente del atentado en contra de su vida, el psicólogo Francisco Gutiérrez, señaló que se trata de reacciones “muy polarizadas”, ya que el funcionario estatal es una “víctima” y es una decisión personal, la que tuvo al regresar a laborar en forma inmediata.

“Creo que hay reacciones muy polarizadas, incluso a mí me parece que es una reacción inadecuada de la población, el hecho de que hayan opinado que debió haber muerto el funcionario, para evitar todo lo que ocurrió en forma posterior”, subrayó.