El patrimonio islámico de India es arrasado en nombre del desarrollo
Esta fotografía tomada el 7 de febrero de 2024 muestra una vista general de una mezquita en Nueva Delhi. (Foto de AFP)




Nueva Delhi, India.

Durante nueve siglos, los indios rezaron frente a la tumba de Baba Haji Rozbih, uno de los santuarios islámicos más antiguos de Nueva Delhi, pero para sorpresa de los peregrinos el templo fue arrasado a principios de febrero.

El santuario del santo sufí en un parque de la capital es la última víctima del "programa de demolición" de la Autoridad de Desarrollo de Delhi (DDA) que busca eliminar "estructuras religiosas ilegales", un destino que también compartieron una mezquita, varias tumbas, santuarios y templos hinduistas.

Esta demolición provocó conmoción y alarmó a los historiadores que lamentan la pérdida de un patrimonio que data de finales del siglo XII.

"Es un golpe (...) a la historia que ha hecho de India lo que es hoy en día", señala la historiadora Rana Safvi.

"Este santuario era el de un santo sufí, que fue uno de los primeros, sino el primero, en llegar a Delhi", añadió. "He visto a gente de todas las confesiones venir a rendirle homenaje".

"Todo ha desaparecido" 

El santuario de Baba Haji Rozbih llevaba 500 años en pie cuando se construyó el Taj Mahal.

Era mucho menos espectacular: consistía de un muro bajo que rodea una sepultura al final de un sendero en el parque forestal de Sanjay Van.

Pero para los habitantes es una pérdida dolorosa. "Pasé noches aquí rezando y todo ha desaparecido", explica a la AFP un hombre que pide permanecer en el anonimato. "Si no protegemos nuestra historia, ¿quién lo hará?".

La campaña de demolición, que se justifica oficialmente en el desarrollo, ha afectado tanto a estructuras hinduistas como musulmanas.

Pero la DDA no explicó qué será construido donde estaban las estructuras arrasadas, muchas de las cuales se encuentran en el interior de zonas forestales o reservadas.

Esta campaña fue aprobada por un comité religioso y "el conjunto del programa de demolición se ha llevado a cabo sin obstáculos ni perturbaciones o protestas", afirmó la DDA, una agencia federal que busca preservar "el carácter histórico único de Delhi".

Según el diario Hindustan Times, además el santuario y una mezquita, cuatro templos hinduistas y 77 tumbas fueron arrasadas por la agencia.

Estas demoliciones ocurren en un momento sensible, después de campañas del nacionalismo hinduista, la religión mayoritaria en el país, que reivindican el emplazamiento de sus templos donde hay monumentos islámicos centenarios.

El primer ministro, Narendra Modi, inauguró en enero un templo hinduista gigante en la ciudad de Ayodhya, construido en la ubicación donde durante siglos hubo una mezquita.

  • Esta fue destruida por fanáticos hinduistas en 1992. El suceso desencadenó unos enfrentamientos religiosos que dejaron 2.000 muertos, en su mayoría musulmanes.

La inauguración se interpretó como un acto de precampaña de cara a las elecciones generales previstas en abril, en las que el partido nacionalista hindú de Modi, Bharatiya Janata (BJP), se presenta como favorito.

"El patrimonio es común" 

En la misma zona forestal de Nueva Delhi fue destruido el mes pasado la mezquita Ajonji que, según sus guardianes, tenía unos 600 años.

El imam Zakir Husain dijo que los buldóceres llegaron temprano, antes del amanecer, para demoler el templo sin previo aviso.

"La hemos perdido. No podemos reconstruirla sean cuales sean nuestros esfuerzos", se lamentó.

La historiadora Rana Safvi subraya que "el patrimonio es común de todos", con lo que esta demolición representa una pérdida para toda la sociedad.

"No podemos decir que esta mezquita es un golpe duro solo para una comunidad particular o para los musulmanes porque ellos rezaban allí", argumenta.

El Servicio Arqueológico de india (ASI) incluía en su lista de patrimonio de 1992 el santuario de Baba Haji Rozbih y aseguraba que el santo sufí era "venerado como uno de los santos más antiguos de Delhi".

  • Según esta descripción, "la tradición local" hablaba de una segunda tumba en el santuario que pertenecía a la hija de un dirigente hindú de Delhi del siglo XII, Rai Pithura, que se había convertido al islam bajo su influencia.

El proselitismo del santo habría generado problemas. Según el documento del ASI, "numerosos hindúes abrazaron el islam por sus consejos y los astrólogos consideraron eso como un mal presagio" que anticipó la instalación del imperio mogol musulmán, que reinó sobre gran parte de India a partir del siglo XVI.