Guadalajara, Jalisco.
¿Una profesión de por vida? No en el fútbol.
La carrera de un deportista profesional de este deporte en México dura entre 10 y 15 años en promedio, pero esto depende de muchos factores.
Las lesiones son su peor enemigo, pues en una sola jugada de riesgo pueden perder años y años de entrenamiento y, por supuesto, la inversión y el tiempo que pusieron para llegar a la cima.
Pero mientras lo están, su carrera es por demás rentable.
En México, los sueldos de algunos futbolistas van desde uno y hasta 10 millones de pesos al mes. Una cantidad que está muy por encima de lo que gana el funcionario público de mayor rango en el país: el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Así es, en México, jugadores como Alexis Vega, Uriel Antuna o Henry Martin reciben casi 10 veces más que el representante de México ante el mundo.
En un mensaje que fue ampliamente destacado en los medios de España, el considerado mejor entrenador mexicano de la historia, Javier Aguirre, afirmó hace unas semanas que su consejo a los jugadores es que inviertan esos montos y no los gasten en cosas irrelevantes.
“La sensación que tengo es que todos queremos mejorar en la vida, porque date cuenta de que la carrera de un jugador dura muy poco. Entonces, yo les digo que el dinero que hay en el futbol cuesta muchísimo fuera de este deporte.
Aquí, de repente, me dice cualquier jugador: ‘Ah, una prima de nada más 500 euros’, a lo que yo le respondo: ‘¿Sabes lo que son 500 euros para la gente que está allá fuera? No sabes lo que estás diciendo’.
Lo peor es que hemos escuchado a jugadores que están diciendo: ‘Nah, me costó ocho mil dólares este reloj’, ocho mil dólares o euros, lo que sea. ¡Canijo! Hay gente que trabaja todo el año para ganar esa cantidad. Entonces, intento concientizar a los jóvenes, porque los mayores ya tuvieron algún golpe que los aterrizó”.
Otro tema que regularmente no sabemos es la educación de los atletas del balompié.
La gran mayoría de los elementos en México terminó sólo la secundaria o la preparatoria. Regularmente, los jóvenes quieren llegar a la Primera División y dejan en segundo o tercer término estudiar una carrera.
De acuerdo con Alberto Castellanos, presidente de los Leones Negros, en los equipos de nuestro país sólo entre cinco y ocho de 30 elementos por conjunto estudian una licenciatura; el resto se dedica sólo a los entrenamientos, concentraciones y la vida de un jugador de futbol.
Archivo. Foto: Leones Negros
Uno de los pocos equipos que exigen a sus futbolistas pasar por las aulas son los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, que en sus categorías formativas tienen como obligación que cada jugador estudie para ser parte del equipo melenudo.
Así lo confirma su presidente
“Nosotros tomamos de la sociedad, chavitos sanos, con un sueño de convertirse en atletas de alto rendimiento, de convertirse en profesionistas del futbol y qué bueno: trazan su ruta, que de esto van a vivir y van a resolver su vida, y la realidad es que son muy pocos los que alcanzan a cumplir su sueño (…)
Muchos de estos chavos terminaban su ciclo como futbolistas y regresaban a la sociedad sin ningún oficio ni beneficio, sin saber hacer nada porque en su etapa, cuando debieron estar estudiando, se la dieron al futbol. Entonces, nosotros a todos los chavos que están en fuerzas básicas, desde los 12 años, desde ahí empiezan un proceso.
Al terminar la secundaria, nosotros les ayudamos a estudiar el bachillerato y, si siguen en la institución, los ayudamos a que estudien una licenciatura. Ningún jugador puede ser parte del equipo si no están estudiando”.
¿Y cómo reacciona un jugador que invirtió tiempo, dinero y esfuerzo, pero al final su carrera no despegó?
El psicólogo del deporte, Gustavo Zepeda Gómez, nos lo explica:
“Hay chamacos que dejan su ciudad, dejan su pueblo para venir a probar suerte con equipos de tercera división o en fuerzas básicas de los equipos de primera división y al final no llenan los requisitos. Esto pega muchísimo en el autoconcepto de la persona.
Imagínate un chavo de 13 o 14 años en donde, si ya tiene las bases de la personalidad, pero si no soy aceptado, soy un fracasado y si soy acepado, soy un triunfador, y esto es totalmente erróneo. Es lo primero que trabajo con estas personas: si fuiste aceptado, no quiere decir que eres exitoso, es que tiene habilidades.
Y si no fuiste aceptado, no quiere decir que eres un perdedor de aquí en adelante, sino que en este momento no tienes las cualidades para determinado modelo de equipo de futbol”.
Son miles de jugadores los que son rechazados por los equipos profesionales. Y entonces, las “talachas” se convierten en su siguiente paso.
Estas “talachas” realmente son equipos de futbol amateur que les pagan una compensación económica por participar. Es una práctica que tiene años. Ahí, a los jugadores se les conoce como “mercenarios”.
Al no tener otra profesión, los equipos amateurs les pagan entre mil y seis mil pesos. Aquí es donde se desempeñan para mantenerse.
Los pagos se hacen de diferente manera. A algunos se les deposita el recurso. Óscar Rosas, originario de San Martin Hidalgo, es uno de ellos.
Él cobra en promedio 700 pesos por juego, lo que hace un total al mes de 15 mil… si logra competir en 20 o 25 duelos.
“Ya tenemos como 5 años en talachas. Empezamos jugando en el municipio, por defender los colores de la colonia. Empecé ganando 200 pesos y ahorita aproximadamente, estoy ganando 700 u 800 pesos por partido. Y se aumenta camino.
Si eres un jugador bueno te dan un dinero y apoya mucho el deporte. Como mucha gente del rancho se junta para apoyar el deporte y traer buenos jugadores también de Guadalajara, jugadores que les pagan mil 500 o mil 800. Como ellos (los dueños) están en Estados Unidos, nos depositan el dinero.”
Diego Corona, quien cuenta con experiencia en tercera división profesional, cobra entre mil 500 y dos mil pesos por juego, lo que le representa entre 25 y 30 mil pesos por mes.
“Principalmente se da por amigos que ya juegan en ellas (las ligas). Tú llegas con el que vendría siendo el dueño del equipo, te presentas y ya. Si les gustas, te quedas. Si no, pues que te vaya bien. Normalmente son ligas en zona metropolitanas y otras en pueblos.
Al principio eran entre 300 o 350 por juego y ahora ya se acerca a los mil 500 por partido, más o menos, y son aproximadamente unos cinco partidos por semana. Yo me manejo normalmente en efectivo y sí: en cuanto se acaba tu partido llegan y te dan el pago”.
Pero esos son los que menos dinero reciben. Hay “talacheros” o “mercenarios” que cobran hasta 70 o 100 mil pesos al mes por patear el balón en diferentes ligas en Jalisco.
Un caso particular de las “talachas” es Jorge Damián “El Ruso” Zamogilny, quien, al contrario, se abrió camino desde las ligas amateurs para alcanzar la primera división en equipos como Puebla, Tecos y Atlas.
“Jugué tres años en las ‘talachas’. Era un lugar donde me podría mantener activo jugando futbol y, obviamente, me pagaban. Empecé jugando porque quería mantenerme activo y, de a poco, fui dándome cuenta de que podía vivir de eso, que de pronto podía pagarme mi gimnasio, el lugar para vivir, mi departamento, las comidas…
Fue un momento difícil porque yo no quería estar jugando por dinero, yo quería jugar al futbol profesional. No me quejo porque me fue bastante bien en la ‘talacha’, pero no era eterno. Por medio de la misma ‘talacha’ la gente me conocía y me decía: ‘te conseguí una prueba en Puebla, León, en Salamanca…’.
Me fui a probar a un buen de lados y todo se dio porque me conocían en el futbol ‘de llano’. Conocí gente que me vio condiciones y ellos sabían internamente que yo podía jugar profesionalmente” .
Tanto en la calle como en la cancha, la vida para aquellos niños que quieren convertirse en el próximo Messi o Cristiano es complicada.
Los obstáculos que deben sortear son muchos: promotores aprovechados de su ilusión, cobros en los equipos, una Federación Mexicana envuelta en escándalo y divisiones formativas que cobran por jugar.
Las críticas que se hicieron a México en su desempeño dentro del Mundial de Qatar están directamente ligadas a esta serie de problemas. Porque el talento existe. Seguro hay cientos, o quizás miles de Messis o Ronaldos, pero hay muchas trabas y corrupción que impiden que estos puedan levantar la copa del mundo con la bandera de nuestro país colgando a sus espaldas.
Porque desafortunadamente, como lo dijimos desde un principio: en México, el futbol desde la cantera es un negocio.
Consulta el especial completo: "El negocio de la cantera".
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