El Deutsche Bank sufre su segundo año consecutivo de pérdidas




Fráncfort, Alemania.

Lastrado por diferentes litigios judiciales y por un proceso de reestructuración interna, el Deutsche Bank, el mayor grupo bancario de Alemania, sufrió en 2016 su segundo año consecutivo de pérdidas, informó hoy la entidad.

Las pérdidas del banco ascendieron el pasado ejercicio a los 1.400 millones de euros (1.500 millones de dólares), cifra que, no obstante, mejora el revés sufrido en 2015, cuando el Deutsche Bank firmó sus peores resultados históricos al registrar pérdidas por valor de 6.800 millones de euros.

Las mermas registradas en 2016 son, sin embargo, superiores a lo que habían pronosticado los analistas.

El presidente de la entidad, John Cryan, se mostró confiado a pesar de los resultados negativos. "En un año especialmente complicado hemos demostrado lo resistentes que somos", señaló el directivo.

"Hemos cerrado el 2016 con una posición fuerte tanto en capital como en liquidez y tras un comienzo de año prometedor, miramos al futuro con optimismo", agregó.

Según indicó la entidad, las diversas ramas de negocio del Deutsche Bank mostraron un buen comportamiento en el mes de enero. Además, desde el banco miran con confianza el futuro al entender que la compañía ya ha logrado cerrar los procesos judiciales más costosos.

"Seguramente habrá todavía más litigios que van a repercutir negativamente en nuestros resultados pero damos nuestros principales casos judiciales por culminados", indicó Cryan.

En este sentido, el directivo señaló que el grupo ha reservado unos 7.600 millones de euros para hacer frente tanto a procesos que ya han terminado como a otros que permanecen abiertos.

"Estos problemas no solo nos han hecho perder mucho dinero, también han hecho mella en nuestra reputación y han motivado una pérdida de confianza", recalcó.

En los últimos años, el grupo bancario alemán se enfrentó a numerosos procesos judiciales que han desembocado en el pago de multas millonarias y que han contribuido a lastrar su situación financiera.

En total, el Deutsche Bank ha tenido que pagar multas por valor de más de 19.000 millones de euros, entre otros casos por la manipulación de tasas de interés (Libor), polémicos negocios hipotecarios e infracciones a sanciones comerciales.

Poco antes de Navidad llegó a un acuerdo con la Justicia estadounidense para pagar 3.100 millones de dólares por demandas civiles y 4.100 millones de dólares en indemnizaciones debido a acuerdos hipotecarios dudosos.

Además, esta misma semana, las autoridades reguladoras de Estados Unidos y Reino Unido anunciaron la imposición de una multa millonaria de 584 millones de euros (628 millones de dólares) al Deutsche Bank por su participación en el blanqueo de dinero procedente de Rusia.

Estos escándalos judiciales tuvieron además un impacto directo en su negocio. No en vano, la situación de incertidumbre que se vivió en los mercados en el mes de octubre, en vísperas de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunciase una multa millonaria para la entidad, llevó a las acciones de la compañía a sufrir su mayor caída histórica en bolsa.

En ese momento, se llegó incluso a especular con un rescate bancario por parte del Gobierno alemán, extremo que después fue desmentido tanto por el Ejecutivo de Angela Merkel como por el propio presidente del banco.

Una vez solventados los vaivenes en el parqué, el Deutsche Bank se presenta con un nivel de capitalización mayor de lo esperado. A finales de año, su ratio de core capital, es decir, las reservas con las que cuenta la entidad para afrontar posibles crisis, se situaban en el 11,9 por ciento, frente al 11,1 que registraban a finales del tercer trimestre.

John Cryan había calificado 2016 como un "año de transición", dado que fue el ejercicio en el que el grupo bancario anunció una importante reestructuración, que contemplaría la supresión de 9.000 puestos de trabajo en todo el mundo hasta el año 2018, así como la retirada de diez mercados, entre ellos, varios países de Latinoamérica.

En Alemania se procedió también a reducir el número de filiales, de 723 a 525, un proceso que deberá culminar todavía este año.