Guadalajara, Jalisco.

¿Chapala vive una relación de amor o de odio con Guadalajara? Aunque podría parecer lo contrario, el Lago de Chapala cumple al menos dos décadas de tener una relación de armonía con la Zona Metropolitana de Guadalajara por intercambio de servicios. El vaso lacustre no sólo dota de agua a nuestras casas, sino del excelente clima que aún se puede disfrutar en la ciudad, y a cambio que recibe: gestiones políticas que le permiten sobrevivir.

Aunque usted no lo crea, ese es el pacto: servicios ambientales a cambio de gestiones políticas. De eso trata el Territorio Reportaje de esta semana en Canal 44, donde Agustín del Castillo plantea que es momento de mirar al futuro en esta relación a la que él llama Matrimonio por Conveniencia.

Algunos de los pendientes en esa agenda, los plantea Alejandro Juárez de Corazón de la Tierra AC:

“No hay soluciones mágicas, maravillosas. Hay que trabajar de manera constante. Una componente clave es la participación ciudadana, que haya un involucramiento para verificar y permita blindar procesos más allá de los cambios de administración y por otro lado la necesidad de contar con información clara y real para orientar la toma de decisiones. En este sentido, por ejemplo, todos los procesos que tienen que ver con reducir la entrada de fertilizantes, el arrastre de zonas agrícolas al lago, que es lo que provoca el exceso de algas y el exceso de plantas acuáticas.

Es necesario entonces trabajar con los sectores involucrados en los procesos productivos, en este caso el sector agrícola y esto da pie a muchos niveles de complejidad porque hay sector agrícola, hay sector agrícola de riego, hay sector agrícola de temporal, está la cuestión de agricultura protegida y todos tienen que participar en estos procesos".

Según el reconocido gestor ambiental, Chapala es una caso de éxito porque hace más de 30 años se dejó trabajar a los técnicos para lograr acuerdos que políticos de 5 estados y el gobierno federal han mantenido por más de 6 sexenios.

En Territorio Reportaje se cuenta esta semana que Chapala podría hoy no existir, pues en la primera década del Siglo XX, el gobierno Porfirista promovía secar los cuerpos de agua para dedicar la tierra a la producción y de hecho así lo hizo Manuel Cuesta Gallardo último gobernador porfirista quién disecó una superficie de 45 mil hectáreas y redujo la superficie del lago en más de 30 por ciento y hoy esa región es conocida como la Ciénega.

También se aborda que el viejo acueducto de La Magdalena se sigue usando para traer agua a la ciudad con un nivel de evaporación del doble de lo que llega a la metrópoli.

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