Joyabaj, Guatemala.
Agobiada por la pobreza, Francisca Lares pensaba emigrar de Guatemala. Pero aprendió costura y lo descartó. Ahora está contenta de no haberse ido a Estados Unidos, ya que cree que habría sido deportada por el gobierno de Donald Trump.
Esta madre soltera de 30 años aprendió su oficio en el centro de capacitación "Quédate", que apuesta a que los jóvenes guatemaltecos encuentren empleo o emprendan negocios para que desistan de emigrar.
"Uno se pone a pensar (...) y si me hubiera ido y me vengo (deportada), y la deuda que tengo encima (con los traficantes de migrantes) ¿cómo la voy a pagar?", reflexiona Lares, vestida con un colorido traje maya k'iche' en el municipio indígena de Joyabaj, en el oeste de Guatemala.
Según un encargado del centro de formación, los traficantes de migrantes o 'coyotes' cobran casi 20.000 dólares por llevar a una persona a Estados Unidos desde esta empobrecida zona rodeada de cerros en el departamento de Quiché.
Gracias a la beca, Lares aprendió costura y ahora confecciona huipiles (blusas mayas), que vende en una pequeña tienda en su casa en la aldea Estanzuela. También los ofrece en redes sociales e incluso ha enviado algunas prendas a Estados Unidos.
"Gracias a Dios llegó a mi vida lo que es la beca (...), eso es lo que me hizo quedarme acá y decir: yo puedo salir adelante", dice la mujer a la AFP.
"Ahorremos sufrimiento"
Antes de capacitarse, Lares ganaba 75 dólares mensuales haciendo tejidos a mano y llegaba justo a fin de mes. Ahora cubre sin grandes sobresaltos sus necesidades y las de sus dos hijas, de 5 y 9 años, aunque no revela el monto de sus actuales ingresos.
Lares recomienda evitar el peligro de emigrar: "Algunos mueren" en la travesía, recuerda. "Ahorremos el sufrimiento de nuestras familias", dice en medio de máquinas de coser del centro de formación.
La pobreza es una de las principales causas de la emigración en Guatemala y afecta al 56% de los 18 millones de habitantes del país, según cifras oficiales, aunque el porcentaje es mayor en las aldeas indígenas.
Por esta razón, muchos intentan marcharse a Estados Unidos, donde están radicados 3,2 millones de guatemaltecos, cientos de miles de ellos en forma irregular, según el gobierno del país centroamericano.
Las remesas que los migrantes envían a sus familias tienen gran peso en la economía guatemalteca: fueron 21.510 millones de dólares en 2024, casi el 20% del PIB.
"Mejor quedarse"
El programa de capacitación lo implementó en 2021 la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En Joyabaj las clases se imparten en el centro "Quédate", de la presidencia guatemalteca, y también participan jóvenes deportados.
Japón donó cuatro millones de dólares para construir y equipar un nuevo edificio inaugurado en enero, donde los alumnos aprenden costura, panadería, barbería, reparación de computadoras y otros oficios que tienen potencial de empleo o emprendimiento, según la OIM.
El director del centro de formación de Joyabaj, Pedro Miranda, explica que la meta para 2025 es capacitar a más de 600 jóvenes.
"Nuestra gente que migra a veces gasta entre 100.000 a 150.000 quetzales" (12.500 a 18.750 dólares) en el pago a un guía o 'coyote', dice Miranda a la AFP.
"¿Por qué no invierten ese dinero?" en Guatemala, se pregunta.
"Ahora por la noticia en Estados Unidos, la gente en Joyabaj está esperando (a ver) qué va a pasar (...). No quieren arriesgarse también porque saben que si van (hay) un 90% de probabilidad de que regresen (deportados) a su país", agrega.
Hay centros similares en Huehuetenango y Sololá, también en el oeste del país.

JOHAN ORDONEZ / AFP
"Mejor quedarse"
Marleny Tiño, originaria del municipio de Zacualpa, también pensó en emigrar. Pero quien finalmente lo hizo fue su esposo, que ahora vive en Florida "con miedo" a que lo deporten, cuenta esta mujer de 25 años que también confecciona huipiles.
"Yo le digo a él: mi amor, no estés triste ahí. Cualquier día (...), que Dios no lo permita, pero si te agarran, te vienes", dice Tiño a la AFP en el taller de costura.
"Es mejor quedarse acá que arriesgar tu vida de ir allá y ya solo llegando te deportan", agrega esta madre de dos niños de 5 y 10 años que tiene su negocio en su casa en la comunidad Tunajá.
- El año pasado, Estados Unidos deportó a 61.680 guatemaltecos, según el gobierno del país centroamericano.