París, Francia.
La líder ultraderechista Marine Le Pen rescató su duro discurso antisistema tras su condena a cinco años de inhabilitación, pero replicar en Francia la estrategia de Donald Trump podría socavar una década de exitoso trabajo de normalización, según los expertos.
Le Pen, de 56 años, lideraba los sondeos de la primera vuelta de la elección presidencial de 2027 gracias en parte a sus esfuerzos por borrar la imagen radical de su partido, pero la condena por malversación de fondos públicos cuando era eurodiputada le impide por ahora presentarse.
A la espera del juicio en apelación y su eventual veredicto para mediados de 2026, los responsables de su partido Agrupación Nacional (RN) multiplicaron los ataques contra la decisión judicial: "caza de brujas", "tiranía de los jueces", magistrados "zurdos", etc.
Marine Le Pen no tenía "más opción" que adoptar esta línea de "victimización" para mantener su base electoral, según Jean-Yves Dormagen, profesor de Ciencias Políticas en la universidad de Montpellier, en el sur de Francia.
La ultraderechista no es la primera política en cuestionar la imparcialidad de los jueces tras una condena. El expresidente conservador Nicolas Sarkozy (2007-2012), que tiene abiertas varias causas judiciales, suele criticar las investigaciones en su contra.
Pero "el radicalismo [de la reacción de RN] con tintes casi conspirativos es sorprendente y nuevo", en comparación con su estrategia de los últimos años, subraya Mathieu Gallard, director de estudios en el instituto de sondeos Ipsos.
Marine Le Pen se ha esforzado en borrar la imagen racista y antisemita de su movimiento, desde que tomara las riendas en 2011 del otrora Frente Nacional (FN) fundado por su padre Jean-Marie Le Pen, apodado
"El diablo de la República".
¿"Trumpización"?
Sin renunciar a su programa basado en un rechazo a la inmigración, su partido se ha centrado en los últimos años en defender otros aspectos como el poder adquisitivo de los franceses, en nombre de una estrategia de "dediabolización".
Su partido se impuso así en Francia en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 y, semanas después, reeditó su estatuto de primer grupo de oposición en la Asamblea Nacional (cámara baja) francesa tras las legislativas anticipadas, pero con mayor peso.
La violenta reacción a la condena está a la altura de las ambiciones de Le Pen para la presidencial de 2027. En 2017 y 2022, ya cayó en el balotaje ante el presidente Emmanuel Macron, quien no puede optar ahora a su reelección.
La "caza de brujas" no es una postura, ya que "Marine Le Pen cree en ella, como creía su padre y como creen muchos militantes", asegura el politólogo Jean-Yves Camus, para quien la "postura antiélites" es uno de los "fundamentos" del partido.

JULIEN DE ROSA / AFP
Sin embargo, el experto descarta una "trumpización" del discurso de RN, al considerar que sería contraproducente alinearse con la estrategia de ataques del presidente estadounidense. "No se puede hacer como Donald Trump en Francia", subraya.
El apoyo del magnate, quien llamó a "liberar" a Marine Le Pen, la perjudica además en su esfuerzos para ampliar su base electoral, advierte Gallard. "Donald Trump tiene una imagen catastrófica en la opinión pública" francesa e incluso "divide" al RN, agrega.
Pero, a su vez, un RN completamente "desdiabolizado" corre el riesgo de convertirse en un "clon" del tradicional partido de derecha Los Republicanos, por lo que su "razón de ser" dejaría de existir, apunta Camus. "Es todo un ejercicio de equilibrismo", resume.
A medida que se acerque el juicio en apelación, este ejercicio se anunciará muy complicado, ya que este caso podría convertirse en un "culebrón mediático y judicial", según Dormagen.
- "Para salirse de esta", Le Pen necesitará "adoptar una postura antisistema" que podría alejar al electorado moderado de centroderecha, necesario para ganar las elecciones, agregó.