A pesar de que José García Ataulfo, un sacerdote infectado por el VIH, reconoció que había abusado de 30 niñas de entre cinco y 10 años en Oaxaca (México), "ni el Estado" ni las organizaciones defensoras de menores "han conseguido proceder legalmente", debido a que "la figura sacerdotal aún inspira mucho respeto en las comunidades indígenas", denunció Anonymous México.
La madre de una de las víctimas solicitó que el papa Francisco la recibiera, pero recibió una respuesta negativa del Vaticano, que consideró que el asunto ya está cerrado.
En junio, la Santa Sede publicó un documento papal denominado 'Como una madre amorosa' para reformar los artículos del Derecho Canónico que estipulan la posibilidad de expulsar a un eclesiástico por "causas graves". Esos actos incluyen "la negligencia de los obispos en el ejercicio de sus funciones, particularmente en relación con los casos de abusos sexuales a menores y adultos vulnerables".