Viena, Austria.

"Queremos ser vistas y escuchadas". Ese es el principal mensaje que envían las víctimas y supervivientes de la trata internacional de personas en el Foro 'Voces de la resiliencia', organizado esta semana por Naciones Unidas en Viena.

Con este foro, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) busca no sólo dar voz a las víctimas de un crimen descrito como la "esclavitud del siglo XXI" sino también recabar información valiosa que permita mejorar la prevención de la trata y la protección de los supervivientes.

"Es la primera vez que los supervivientes son invitados a la ONU a formar parte del proceso de toma de decisiones en igualdad de condiciones con los países miembros y la sociedad civil",

explicó a EFE Ilias Chatzis, jefe de la sección de lucha contra la trata de personas y el tráfico de migrantes en la ONUDD.

Según este experto, las víctimas son las que realmente conocen todos los detalles de este delito, pues "saben cómo identificarlo y lo que hay que hacer para proteger a los afectados".

La trata consiste en captar y retener a una persona para explotarla sexualmente, someterla a trabajos forzados, obligarle a practicar la mendicidad o incluso para extraer sus órganos.

• La mayor parte de las víctimas son mujeres y niñas menores de edad, de las que un estimado 60 % son explotadas sexualmente, según el 'Informe Global sobre Trata de Personas 2024' de la ONU.

"Muchas de las supervivientes queremos ser vistas y escuchadas y este foro nos ha dado esta oportunidad",

dijo en declaraciones a EFE Mixi Cruz, una de las supervivientes que acudieron a la capital austríaca para el foro de la ONU.

• Esta mujer, de hoy 32 años y oriunda de una localidad cerca de ciudad de México, cayó víctima de la trata tras la muerte de su madre, cuando tenía 15 años.

Tuvo que irse a vivir con la familia de su hermanastra en una localidad al norte de la capital, donde al poco tiempo fue sometida a trabajos forzados y donde tuvo que encargarse del cuidado de la casa y de los hijos, sin permitir que ella misma pudiera ir a colegio.

La situación de Cruz empeoró cuando fue obligada -bajo fuertes amenazas- a ejercer la prostitución en hoteles durante varios meses, hasta que entendió que "nada de lo que decían era verdad".

"Todo eran mentiras que usaba para manipularme", recordó la ahora activista.

La oportunidad de escapar llegó un día en un hotel, después de una discusión con la tratante, que esta vez no la esperó a la salida del establecimiento, lo que le dio la oportunidad de pedir ayuda a un empleado y pudo denunciar a la mujer,

que fue al final condenada por corrupción de menores a cuatro años de prisión.

Cruz actualmente se dedica al activismo contra la trata de personas asistiendo a víctimas, sobre todo a mujeres, y da conferencias en colegios para prevenir esta forma de explotación.

• La activista dijo que espera que la ONU siga contando en el futuro con las víctimas y que este foro tenga continuidad.

"Es preocupante que llamen a las víctimas como consultores y expertos en el tema, pero luego ya no les vuelven a hablar", dijo.

Las víctimas, según Cruz, pueden aportar mucho más que sus testimonios y sus advertencias, pues pueden ayudar en la investigación de la trata.

"Necesitamos más investigadores para saber cómo opera la trata en distintos ámbitos para poder prevenirla", aseguró Cruz.