La Paz, Bolivia.

Dos ministros del expresidente boliviano Evo Morales dejaron la residencia diplomática de México en La Paz tras permanecer refugiados casi un año, a dos días de que asuma el nuevo presidente Luis Arce, informaron ambos este viernes.

Los extitulares de Justicia, Héctor Arce, y de Defensa, Javier Zavaleta, salieron el martes de la casa diplomática pero recién lo anunciaron este viernes después de que la justicia, arguyendo errores procesales, suspendiera las órdenes de captura en su contra dictadas tras la renuncia de Morales hace un año.

"Después de haber permanecido 360 días como asilado en la residencia de la Embajada de México, retiré mi solicitud de asilo y me reencontré con mi familia recobrando la paz y la tranquilidad que nos arrebataron injustamente", escribió el exministro de Justicia en las redes sociales.

Héctor Arce -quien no es pariente del nuevo presidente- tenía una orden de aprehensión desde que el gobierno interino derechista lo denunciara por participar en un supuesto fraude en favor de Morales en los anulados comicios de octubre de 2019.

Zavaleta, denunciado por supuesta sedición y terrorismo durante la convulsión social que estalló entonces, declaró al diario Los Tiempos que está "seguro que este proceso se va a caer, no porque controle a fiscales o jueces, simplemente porque nunca he cometido este delito".

La presidenta derechista Jeanine Áñez, que entregará el domingo el mando al izquierdista Luis Arce, ganador de los comicios del pasado 18 de octubre, nunca otorgó el salvoconducto para que los excolaboradores de Morales refugiados en la legación mexicana abandonaran el país.

En la residencia de México aún se encuentran los exministros Juan Ramón Quintana (Presidencia) y Hugo Moldiz (Gobierno), el exgobernador de Oruro Víctor Hugo Vásquez y un exfuncionario informático.

Todos ellos ingresaron a la residencia en noviembre de 2019 días después de que Morales dimitiera por una ola de protestas tras 14 años en el poder.

El gobierno de Áñez se quejó de que jueces y fiscales se están inclinando por razones políticas en favor de los exfuncionarios de Morales ahora que su delfín asumirá el poder.

Pero los refugiados dicen que no habían cometido ningún delito y que todos los cargos en su contra obedecían a motivaciones políticas.