Washington, Estados Unidos
La parálisis presupuestal en Estados Unidos podría desembocar en el despido del 80% de los empleados que manejan el arsenal nuclear del país, advirtió el viernes el presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
"La Administración Nacional de Seguridad Nuclear, el grupo que maneja y gestiona nuestro arsenal nuclear, está a punto de quedarse sin los fondos de reserva que han estado utilizando", dijo a los periodistas el congresista republicano Mike Rogers, en referencia a un informe que recibió.
Esto significa que "tendrán que despedir al 80% de sus empleados", agregó Rogers, sin precisar si se refería a licencias temporales forzadas durante el cierre de servicios públicos o a despidos permanentes.
"Estos no son los empleados que deberían ser despedidos. Tienen que estar en sus puestos de trabajo y recibir su paga", añadió.
El cierre parcial del gobierno estadounidense se dirige hacia su tercera semana sin visos de resolverse, ante las profundas diferencias entre republicanos y demócratas en el Congreso.
La Cámara de Representantes bajo control republicano ya aprobó una prolongación del gasto presupuestario, teóricamente hasta finales de noviembre, pero en el Senado los republicanos necesitan al menos cinco demócratas para llegar a la mayoría cualificada necesaria (60 de 100 escaños).
- Los demócratas quieren abrir ya las negociaciones sobre el gasto sanitario y otros aspectos de los recortes que el gobierno de Donald Trump ha impuesto en las finanzas públicas.
Los republicanos insisten en que primero hay que aprobar esta prolongación del gasto, que no contiene ningún recorte ni añadido, antes de empezar las discusiones de fondo.
El recurso a las "resoluciones continuas", como se conoce en el argot legislativo a este tipo de extensiones presupuestarias, es recurrente desde hace años en el Congreso estadounidense.
En las últimas 13 votaciones, durante el gobierno del demócrata Joe Biden y al inicio del gobierno Trump, hubo acuerdo in extremis y esas resoluciones fueron aprobadas.
El récord de un cierre administrativo tuvo lugar durante el primer mandato de Trump, y duró 34 días.