Guadalajara, Jalisco.
En dónde nace El Baratillo en Juan R. Zavala y República, parece que no transcurrieron tres meses desde que inició el cese de actividades de proximidad por la pandemia, covid-19.
Tortillas de harina, tenis, ropa nueva y tacones usados, verduras y cables de televisión. En El Baratillo todo regresó a la normalidad. Le preguntamos a una vendedora de ropa para niña, Carmen Figueroa, sus expectativas del regreso a la nueva normalidad donde cada quien se deberá cuidar de no enfermarse.
Ella paga 40 pesos al ayuntamiento de Guadalajara por rentar la calle. Reconoce que estos tres meses que estuvo sin poder salir a vender, el gobierno municipal no le cobró nada, pero subsistir para su familia se volvió complicado. Siguió vendiendo por internet.
Sin gel o alcohol antibacterial visible en el puesto de ropa, Carmen explica cómo van a auto cuidarse.
Más adelante captamos a una familia con cubrebocas comprando una sombrilla. Marta la mamá, nos contó qué hacían tan temprano en El Baratillo.
Al menos en el arranque del primer día de El Baratillo después del cese de actividades, no se vieron inspectores del ayuntamiento ni sellos, marcas o distintos que indicaran que ese pasillo, ese puesto o un comercio, había cumplido con las condiciones de sanitización.