Sin iluminación, sucia y con sólo un local abierto: así luce la Plaza Guadalajara
Fotografía: Ignacio Pérez Vega.




Guadalajara, Jalisco.

La Plaza Guadalajara, en la parte subterránea, ha ido de fracaso en fracaso en los diversos gobiernos municipales que ha tenido la ciudad desde 2005, cuando el Ayuntamiento construyó 352 pequeños locales para alojar ahí a los comerciantes ambulantes que fueron retirados de las calles del Centro Histórico.

A 17 años de su creación, la Plaza Guadalajara luce abandonada, pese a estar frente a la Presidencia Municipal y la Catedral Metropolitana.

Prácticamente todos los locales están cerrados, sólo uno está abierto. Además, los pasillos están sucios, el sitio huele mal y lo único que hace entrar a los visitantes son los sanitarios públicos.

Actualmente hay 336 concesiones vigentes y, ante el cierre de la plaza, algunos de los comerciantes dejaron de hacer sus pagos. Aun así, los regidores de todas las fracciones partidistas llegaron a un acuerdo para que, en el nuevo proyecto para rescatar esa área comercial, se respeten los derechos de quienes tienen las concesiones y no sean desplazados.

Ahora, lo que sigue es que se socialice el proyecto de reactivación de la plaza con los comerciantes, pues se prevé que ahí se instalen próximamente “oficinas ancla”, como son la expedición de pasaportes, licencias de automovilista y motociclista y la credencial para votar con fotografía.

Durante un recorrido, este medio observó que la oficina del administrador estaba abierta, pero la persona responsable no se encontraba ahí. Sólo estaba una mujer, quien intentó impedir que se grabaran imágenes en video de las condiciones en que está un espacio público en el que sobresale la humedad de parte del techo y la oscuridad, ya que los pasillos no están iluminados.

Ahora queda esperar que esta vez sí sea exitoso el proyecto de rescate de la plaza, dejando aún preguntas en el aire. Sobre todo: ¿Cuánto costará la restauración del lugar? ¿Y en cuánto tiempo quedará lista la nueva plaza Guadalajara?


Ignacio Pérez Vega