París, Francia.
El Senado francés aprobó el martes el proyecto de ley de inmigración en una versión endurecida con respecto a la del gobierno, que ahora la presentará a la Asamblea Nacional a partir del 11 de diciembre.
Los senadores, dominados por una alianza entre la derecha y los centristas, votaron 210 a 115 a favor de este texto de ley después de reforzar numerosas medidas de su vertiente represiva, destinadas a facilitar las expulsiones de extranjeros "delincuentes" y simplificar los procedimientos de expulsión.
Los legisladores endurecieron así los criterios de reagrupación familiar y de acceso a la nacionalidad, condicionaron las ayudas sociales para los extranjeros a contar con cinco años de residencia y suprimieron la Ayuda Médica del Estado para las personas sin papeles, entre otros.
- La regularización temporal de los trabajadores en situación irregular en sectores con escasez de mano de obra, que la derecha quería eliminar, finalmente se mantuvo en el texto, pero precisando que se trataría caso por caso y de "forma excepcional".
Las asociaciones de ayuda a los migrantes se dijeron "escandalizadas" por este "festival de los horrores" y llamaron a la Asamblea Nacional, que inicia el examen de la reforma el 11 de diciembre, a dar marcha atrás a este endurecimiento de la política migratoria por el Senado.
El oficialismo se encuentra dividido. Aunque el ministro del Interior, Gérald Darmanin, celebró un proyecto "enriquecido" por el Senado, el diputado Sacha Houlié, representante de la corriente de centro-izquierda, dijo que restablecerían "el proyecto inicial".
Ante las críticas de la ultraderecha, el gobierno busca con esta reforma, que agiliza las expulsiones, demostrar "firmeza" contra la inmigración, pero carece de la mayoría necesaria en el Parlamento bicameral para sacarlo adelante sin cambios.