Ocotlán, Jalisco
Durante una misa en Jamay, Jalisco, el sacerdote argentino Patricio Hileman sostuvo que la pandemia tiene fines de dominación a favor de los ricos contra los pobres, y promovió entre los fieles católicos “la cura” contra el COVID-19, así lo afirmaron cuatro testigos. La supuesta cura, es el dióxido de cloro o solución mineral milagrosa, que podría poner en riesgo la salud de la población y que no está aprobada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
El sacerdote y una religiosa estuvieron regalando dióxido de cloro en el templo de San Antonio el pasado domingo 22 de noviembre, recibiendo aportaciones voluntarias de los fieles. A quienes aconsejaron que se consumiera en el mismo día la sustancia que se utiliza como blanqueador en la fabricación de papel y en el proceso de tratamiento de agua.
La COFEPRIS señaló en un pronunciamiento durante el mes de julio, que dichos productos se pueden encontrar a la venta ilegalmente en internet y en algunos establecimientos de atención médica y cuyo principal uso es como desinfectante industrial, sin embargo, no hay evidencia científica de que sirva como tratamiento para ninguna enfermedad, además de que no hay autorización de su parte para su uso en medicamentos.
Patricio Hileman estuvo en el municipio promocionando las capillas de oración, durante otra misa que celebró en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario recomendó visitar a los adultos mayores, pero sin cubrebocas ya que dijo que los jóvenes no se enferman de COVID-19 y si los abuelos están infectados, son sanados con abrazos:
“Ningún joven o niño se enferma, pero si un niño o un joven van a visitar a su abuelo y lo apapachan y le dan un beso, el abuelo se cura, el abrazo cura, el abrazo en Cristo sana, eso es amor. Si no les podemos dar un abrazo los estamos matando, ¿o estamos de acuerdo? que nos maten, porque lo que quiere hacer el mundo y el tiempo que estamos viviendo de oscuridad, es para que se mueran los de latinoamérica, los de África, para que los ricos se queden con el planeta, esa es la pura verdad”.
El también fundador de los Misioneros de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, dio la comunión en la boca de los fieles, a pesar de que la Arquidiócesis de Guadalajara ha insistido en que esta sea dada en la mano, para reducir los riesgos de contagio.