Por Luz Atilano
La señora Paz Rocha sostiene el oficio y negocio que le heredó una tía de su esposo, quien fue la primera en hornear y poner a la venta las morelianas, o pan dulce de trigo, en la delegación rural de Comanja de Corona, de donde es originaria.
Se trata de las morelianas originales del lugar, las primeras, que incluso motivaron a que otras personas vendieran:
“Es que una tía de mi esposo vendía, ella hacía morelianas para vender y ya ella murió y me dijo ‘es la herencia que te dejo’ y yo le seguí y me ha servido muchísimo porque antes se vendían más. Y ya ahora hay mucha competencia, ya hay muchas que venden. Yo sigo vendiendo, ya menos, pero sí de todos modos sigo vendiendo, aquí hay muchas que venden, hay como unas cinco que hacen y yo aquí las vendo, no hago muchas pero aquí se me venden, aquí las buscan. Son como las originales porque eran las primeras, antes nada más era la tía de mi esposo y ya después siguieron haciendo más personas”.
Comparte la señora Paz, sus morelianas son preparadas de la forma más tradicional, con ingredientes naturales, en un horno casero y con leña:
“El hornito es de tabique y pues es calentado con leña… y sí me han dicho ‘nunca vaya a cambiar su horno de leña por uno de gas, porque le da un sabor muy bueno’”.
Desde luego, sus clientes la prefieren por el delicioso sabor de su producto. Cuenta, si en la ciudad se acostumbra a que todo sea ‘del día’, en los ranchos no, pues sus morelianas también se distinguen por conservarse por varios días.
“Aunque tengan un día o dos se venden, se conservan blanditas. Sí… hay gente que hasta las encarga para irse a Estados Unidos, así no muchas pero digamos por allá cada año. por allá ando también”.
A sus 60 años de edad, y con más de 28 dedicándose a la elaboración de este pan, la señora Paz comparte que le apasiona su trabajo, es algo que siempre le ha gustado y que por tanto, pese a que lleva un tiempo la preparación y a que hay que estar siempre pendientes, para nada le parece pesado.
“Bueno, yo de mi parte empiezo como a las siete de la mañana, prendo el horno, luego ya preparo la masa, luego ya empiezo a hacerlas… cuando el horno termina de quemar la leña ya le quito la brasa y ya empiezo a cocer los panes y duro un promedio de tres horas (en ello)”.
Con leche, con café, como desayuno o como cena, la señora Paz Rocha vende sus morelianas en su propia casa, muy próxima a la plaza principal de Comanja, justo en el conocido callejoncito de las escalinatas.