Berlín, Alemania.
El ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, quiere hacer una reforma que implique que todo el mundo sea considerado donante de órganos a no ser que en vida haya estipulado lo contrario, según una entrevista publicada hoy en el diario alemán "Bild".
El titular de la cartera de Sanidad quiere luchar así contra el bajo número de donaciones en el país y emular a países como España, donde según la ley de trasplantes, todos los fallecidos son considerados donantes si en vida no han expresado lo contrario.
Esto ha llevado al país del sur de Europa a ser líder mundial de trasplantes y donaciones desde hace 26 años. Sólo durante 2017 hubo en España 2 mil 183 donaciones, número que contrasta con las 797 donaciones de órganos que se realizaron ese mismo año en Alemania, según cifras de la Fundación Alemana de Trasplantes de Órganos.
Más de 10 mil pacientes esperan en Alemania un órgano donado, la mayoría un hígado o un riñón, según cifras de finales de agosto, indicó Spahn. Los hospitales alemanes reciben órganos de otros lugares de Europa gracias al centro europeo de trasplantes, lo que hizo posible que en 2017 se trasplantaran 2 mil 765 órganos en Alemania.
Hasta ahora, los alemanes tienen que establecer su deseo de ser donantes de manera explícita a través de un carnet de donación de órganos. Pero es insuficiente para cubrir sus necesidades y Alemania debate desde hace tiempo la necesidad de hacer obligatoria esta donación si no hay un deseo en contra. "Sólo así se podría normalizar la donación de órganos", declaró el político conservador.
"Desde hace muchos años intentamos elevar el número de donantes. Sin embargo, por desgracia, sin éxito. Por ello necesitamos un amplio debate en la sociedad sobre la necesidad de que todos sean considerados donantes si no desean lo contrario", explicó. "El Parlamento alemán deberá debatir sobre ello", indicó el ministro, que en su caso posee un carnet de donante.
Sin embargo, es consciente de los miedos que suscita este debate. "Es un asunto que me desgarra desde hace tiempo, porque también hay buenos argumentos en contra y porque, al fin y al cabo, supone una intervención del Estado en la libertad del individuo. Decidir algo así es una cuestión de conciencia. Por eso deberíamos debatirlo entre los partidos", declaró.
En su opinión, los miedos "deben ser contrarrestados con buenos argumentos y a través de un amplio debate, en el que todos podamos encontrarnos. Debe quedar muy clara la posibilidad de rechazar la donación y tenemos que aclarar el diagnóstico de muerte cerebral".
De momento, la canciller Angela Merkel aboga por un debate sobre posibles nuevas regulaciones en vista del bajo número de donaciones de órganos en Alemania, informó su portavoz, Steffen Seibert, sin querer entrar en la postura que defenderá la mandataria alemana.
Mientras, su ministra de Justicia, Katarina Barley, también se mostró a favor de un debate abierto en el Bundestag, aunque alertó de la necesidad de no despertar falsas expectativas ya que existen otros problemas más allá de la voluntad de donar.
La Fundación Alemana para la Protección de los Pacientes advirtió contra la imposición de la donación de órganos. "El silencio no es consentimiento", dijo a dpa Eugen Brysch, miembro de la junta directiva.
El presidente del Comité Central de los Católicos Alemanes, Thomas Sternberg, dijo por su parte al grupo editorial RND que duda que "una solución que requiera una objeción explícita de la persona en cuestión o de sus familiares para prevenir la extracción de órganos esté éticamente justificada".