Cerrejón, la mina de carbón que puede ser dilema moral para Alemania
Fotografía: Georg Ismar/DPA




Albania, Colombia.

Cerrejón se parece a un paisaje lunar. En el norte de Colombia, las excavadoras se abren paso a través de la mayor mina de carbón a cielo abierto de América Latina, con una superficie de unos 690 kilómetros cuadrados.

Esta mina operada por el consorcio suizo Glencore en el departamento de La Guajira produjo 23,4 millones de toneladas de carbón el año pasado. La cantidad total es destinada a la exportación, y a futuro posiblemente llegará en mayores volúmenes a Alemania.

Debido a la guerra de agresión en Ucrania, la Unión Europea (UE) impuso un freno a las importaciones de carbón desde Rusia, por lo cual el Gobierno germano actualmente busca alternativas en todo el mundo.

A pesar de la expansión de la energía eólica y solar, el carbón sigue teniendo una participación del nueve por ciento de la generación total de electricidad en Alemania.

Después de Rusia, Estados Unidos y Australia, Colombia fue el cuarto país más importante de procedencia del carbón en Alemania en 2021, representando el 5,7 por ciento de todas las importaciones. En total, salieron de allí 2,3 millones de toneladas de carbón.

Por ese motivo, recientemente el canciller alemán Olaf Scholz se comunicó telefónicamente con el presidente colombiano, Iván Duque. Según puntualizó un comunicado de la Presidencia de la nación sudamericana, Colombia evalúa la posibilidad de aumentar las exportaciones de carbón hacia Alemania para fortalecer su seguridad energética.

Desde comienzos de año, las importaciones desde Colombia crecieron fuertemente. En el primer trimestre, el volumen importado desde Colombia llegó a 1,1 millones de toneladas, informó la Asociación de Importadores de Carbón. "En comparación con el año anterior, esto es un aumento del 62 por ciento", comentó un portavoz.

Y es probable que la demanda aumente en general si el suministro de gas ruso se desploma o incluso se paraliza por completo. Si esa situación amenaza con concretarse o efectivamente sucede, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, tiene previsto que más centrales eléctricas de carbón vuelvan a activarse temporalmente para la generación de electricidad en el país.

Pero un incremento de los volúmenes de importación podría colocar al Gobierno germano ante un dilema moral. Porque los indígenas y activistas en La Guajira ya hace tiempo que denuncian violaciones a los derechos humanos y a los estándares ambientales en torno a El Cerrejón.

"Sin lugar a dudas la decisión del Gobierno alemán tendrá consecuencias negativas para los derechos de los indígenas y las comunidades campesinas de La Guajira", alerta la coordinadora del programa de derechos humanos de la organización no gubernamental Cinep, Jenny Paola Ortiz.

Luis Misael Socarrás, de la comunidade indígena Wayuu, fue amenazado recientemente por hombres armados en motocicletas. De acuerdo con su testimonio, estos hombres -que rodearon su casa y la de su madre- lo estaban buscando. "Y todo eso por nuestra lucha contra Cerrejón", denuncia.

Muchos indígenas se vieron desplazados de los lugares donde habitaban a causa de la expansión de la mina. Cerrejón consume a diario 24 millones de litros de agua en el semidesierto de La Guajira. O sea, una cantidad suficiente como para abastecer a unas 150.000 personas.

Además, ya desaparecieron 17 ríos y arroyos, mientras que unos 30 fueron desviados de su curso. El más reciente ejemplo es el desvío que sufrió el arroyo Bruno a causa de Cerrejón, para que la mina pueda agrandarse e incrementar su producción.

"El arroyo Bruno es una de las pocas fuentes de agua que les quedan a los indígenas", explica Socarrás. "Desviarlo significa la muerte de cientos de personas".

Además, el arroyo es considerado sagrado para las comunidades afrocolombianas e indígenas. Solamente en sus orillas crecen decenas de plantas medicinales.

Cerrejón, con sus miles de trabajadores, es el más importante empleador de la región pobre de La Guajira. Por lo tanto, muchos habitantes están a favor de la mina, incluso pese al polvo negro, al agua que se contamina y a las enfermedades posiblemente causadas por la explotación carbonífera.

El Gobierno colombiano, en tanto, apuesta a la exportación de materias primas como motor para lograr un mayor crecimiento, mientras que dos tercios de su propia energía proceden de la fuerza hidráulica.

El candidato izquierdista a la presidencia Gustavo Petro, quien marcha primero en las preferencias de cara a la primera vuelta de las elecciones el próximo domingo, aspira a frenar la exploración de petróleo. Y calificó de venenos a los tres principales productos de exportación de Colombia: el carbón, el petróleo y la cocaína.

Pero, quien salga al cruce de los intereses económicos, vive en peligro en Latinoamérica y especialmente en Colombia. Según la ONG Global Witness, la violencia procede principalmente de ex paramilitares, disidentes de las organizaciones guerrilleras y las fuerzas de seguridad estatales.

Solamente durante 2020 fueron asesinados en el país 65 protectores y activistas del medio ambiente. "No temo por mi vida, sino por la de mi familia", afirma Socarrás.

De todas maneras, no se propone cejar en su pelea contra Cerrejón. "Estoy convencido de que estoy haciendo lo correcto: por mi comunidad, por la naturaleza y por mis antepasados", concluye.