Mesa Larga, compañera fiel de la Mesa Redonda




Por Tatiana Sánchez

Lagos de Moreno sobresale de otros municipios de la región de Los Altos debido a su grandeza arquitectónica, que se ve reflejada en sus las haciendas, las casonas del centro histórico y demás espacios que son en la actualidad recintos culturales.

Pero eso no lo es todo, pues también tiene la fortuna de contar con bellezas naturales de gran relevancia, no sólo por lo que implican para el ecosistema, sino por su historia y los sucesos que en ellos han quedado plasmados, como es el caso de los cerros que rodean a la ahora ciudad, visibles desde los distintos puntos cardinales.

Ejemplo de ellos es el cerro conocido como Mesa de los Caballos o Cerro de la Mesa larga, que aunque realmente se encuentra en el territorio del municipio vecino de Unión de San Antonio su vista es perceptible desde territorio laguense, como fiel compañera del Mesa Redonda: separados por la delimitación geográfica pero hábitats de gran variedad de flora y fauna y cómplices en las leyendas e historias que comparten, tal como lo señala el cronista Ezequiel Hernández Lugo:

“El Salto de la Mesa fue también una hacienda muy interesante, ahí estuvo en una temporada de capellán el padre Agustín Rivera en la capilla de El Salto, que esa está en la Mesa Larga, todo eso pertenece ya a La Unión pero de este lado, en la falda de este lado está  (la comunidad llamada) El Castillo, donde estaba una capilla desmantelada, está en la ladera digamos de la Mesa, de este lado de la Mesa Larga”.

En la capilla de la hacienda de El Salto de la Mesa, a las faldas de la mesa larga, se llevó a cabo el casamiento de uno de los personajes más famosos de Lagos de Moreno, Don Diego Romo de Chávez, con quien el escritor Alfonso de Alba se inspiró para crear el libro  Las Consejas del Alcalde:

“Por este lado hay un templo en ruinas, ya muy destruido y todo eso, ¿Sabes quien se casó en esa capilla? nuestro ilustre Don Diego Romero de Chávez, yo localicé la capilla en donde se casó, Alfonso de Alba en su libro de Las Consejas de Lagos lo llama Don Diego Romero, pero el nombre completo era Diego Romero de Chávez, el menciona entre sus páginas que Don Diego Romero había sido célibe, es decir no había casado, pues yo escribí un libro sobre Diego Romero de Chávez con todos los documentos de su matrimonio y hablo de toda la población de esa ranchería. Y descubrí que sí se casó y ahí fue y otra cosa, disculpen la palabra, no era tan pendejo como lo pinta Alfonso de Alba en Las Consejas, se casó a las 56 años de edad con una muchacha de 20 y ahí vienen los papeles en mi libro desde las información prematrimoniales, los testigos y todo eso y ahí en esa capilla se casaron”.

Hay que decir, por otro lado, que las especies de animales que viven en este cerro, de acuerdo con el testimonio de personas que viven en comunidades cercanas, son desde libres, venados, diversos tipos de aves, zorrillos, pero sobre todo víboras de cascabel, por lo que no es un lugar tan propicio para ser explorado. Y a pesar de ello hay quienes aseguran que, en lo más alto del cerro, habita una persona de la tercera edad, a quien ocasiones se le ve bajar por provisiones:

“Aquella, uno le dice la Mesa Larga y esta es la Mesa Redonda y allá lo que hay es mucha serpiente, de la víbora de cascabel, también hay una persona que vive arriba, vive un señor ahí, no sé es si ya se iría, pero duró mucho tiempo ahí, tenía su camino, subía en su carrito y esa mesa es más fácil de subir que ésta”, cuenta un habitante de El Paso de la Mesa.

En la actualidad, al igual que el cerro de la Mesa Redonda, la Mesa de los Caballos es considerada por los laguenses como un distintivo natural que llena de orgullo por su peculiar forma y belleza del paisaje de la zona sur del municipio, sobre todo en la época de lluvias, cuando se pinta de colores que deleitan la pupila de aquellos que acuden a conocerlas, así como a cientos de pasajeros que transitan por las carreteras que lo rodean.