Guadalajara, Jalisco.
Más del 60% de mujeres tapatías se sienten inseguras en la ciudad y el 44.2% de mujeres en todo Jalisco refieren haber sufrido algún tipo de violencia sexual, las mujeres de entre 15 y 35 años de edad son las principales víctimas, así lo revela el primer informe de diagnóstico que realiza el Ayuntamiento de Guadalajara en alianza con ONU Mujeres y que busca en plazo de cinco años, consolidar las acciones jurídicas, cívicas y de infraestructura que mermen las condiciones de inseguridad para las mujeres.
La representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz declaró que el tema de la violencia y discriminación en contra de mujeres se torna aún peor para aquellas que son de origen étnico, transexuales, transgénico o lesbianas.
El problema se agrava si se echa un ojo a las cifras de denuncias. En Guadalajara, revela el diagnóstico de ONU Mujeres, solo el 7.9% de las mujeres denuncian casos de acoso, es decir más del 90% quedan sin ser reportados y las mujeres han preferido cambiar de hábitos, ropa y hasta rutas porque no confían en que la autoridad resuelva los problemas de acoso en espacios públicos y prefieren realizar sus propias estrategias de seguridad aunque eso implique privarlas de ciertas libertades como salir solas y sin miedo a las calles del centro de la ciudad.
Para aminorar los casos de acoso callejero, algunas mujeres de diversas ciudades, incluida Guadalajara, ya han comenzado a repeler los ataques, piropos y miradas lascivas a través del ejercicio de tolerancia cero que revierta la normalización de la violencia contra las mujeres y que evidencie con claridad el rechazo de recibir piropos de un completo desconocido.
En diagnóstico de este primer año de activado el memorándum de entendimiento entre Guadalajara y ONU Hábitat también revela que el transporte público es uno de los espacios donde más acoso sexual sufre el género femenino, siendo el camión el primer lugar, seguido del tren y luego Macrobús, aunque las que se movilizan en bicicleta o auto particular tampoco se libran de los acosadores.
A partir de este diagnóstico, las autoridades entrantes deberán dedicar estrategias que ayuden a revertir los afectos negativos de acoso, donde se incluyan presupuestos específicos para atender sus causas desde origen.