Biarritz, Francia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvieron este sábado una comida de trabajo previa al inicio de la cumbre del G7 en la que, pese a sus divergencias, ambos se mostraron conciliadores y con ganas de trabajar juntos.
Trump "es un invitado muy especial para nosotros", dijo Macron a la prensa al inicio de ese encuentro en Biarritz, en el suroeste francés, que se prolongó durante dos horas.
Se trata de su primera cita bilateral antes de que el conjunto de negociaciones comience con el resto del G7 (Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón), y sirvió para que ambos tomaran el pulso a sus respectivas posturas.
La situación en Libia, Siria, Ucrania, Corea del Norte e Irán formaron parte de su agenda.
"Tenemos que trabajar muy duro porque creo que compartimos el mismo objetivo, asegurarnos de que no tiene acceso al arma nuclear", dijo Macron sobre Irán, pese a que Trump se retiró en 2018 del acuerdo nuclear internacional alcanzado tres años antes con la República Islámica.
"De hecho, tenemos mucho en común", añadió el mandatario estadounidense, que llegó a Biarritz acompañado de su esposa, Melania.
Trump se mostró satisfecho del ambiente encontrado hasta ese momento: "De momento todo bien. El tiempo es perfecto y todo el mundo se está llevando bien. Espero que consigamos mucho este fin de semana".
Este mismo viernes, no obstante, había reiterado su amenaza de imponer aranceles al vino francés en respuesta a la aprobación por Francia de la llamada "Tasa GAFA" (por Google, Apple, Facebook y Amazon), una ley que obliga a los gigantes tecnológicos a pagar un impuesto del 3% sobre la facturación de su negocio digital.
Según fuentes del Elíseo, este encuentro sirvió para que ambos pudieran ir al "fondo del asunto" en temas que requieren ser abordados de "inmediato", y para que Macron creara "las condiciones para que haya un buen nivel de convergencia" en este G7.
Trump señaló a Macron que no quiere "la guerra con Irán, sino alcanzar un acuerdo", y admitió que aunque a su juicio es necesario presionar a China, entiende el impacto que esto tiene sobre la economía mundial, una postura que para Francia ofrece elementos de discusión.
El presidente francés, por su parte, le aclaró que la tasa "GAFA" no tiene como objetivo perjudicar a grandes empresas estadounidenses como Facebook o Amazon, sino adaptarse a las nuevas realidades.
"Lo que trasciende de esta comida es que hay intereses comunes, una agenda compartida entre miembros del G7 y que hay que trabajar para hacerla operativa", concluyeron las fuentes francesas, según las cuales esta conversación fue "muy productiva".
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