Guadalajara, Jalisco.

En México, los clavados son cosa seria. Es la disciplina deportiva que más medallas olímpicas le ha dado al país: suma 17.

Pero para la familia Cueva Lobato representa mucho más, porque tres de sus integrantes son parte de la selección estatal y también porque son los nuevos perfiles que prometen mantener e incluso superar a sus antecesores a nivel internacional.

Suri, Mía y Lía son la sangre nueva de los clavados en México. Tres hermanas que se apoyan día con día para consolidarse como referentes a escala global y, sobre todo, para que no sea tan complicado estar lejos de sus padres.

La Copa del Mundo de clavados que se realizará del 3 al 6 de abril marcará el regreso de este evento a Jalisco, luego de 13 años, pero será aún más importante para las hermanas porque les permitirá contar con el apoyo de toda su familia a la que, debido a las distancias, es difícil tener cerca en competencias que tienen en otros países.

En el caso de Mía y Lía, quienes estarán presentes en abril en la Copa en trampolín de 3 metros, son las primeras gemelas en representar a nuestro país y lo hacen con tan solo 14 años.

¿Lo más increíble? Tienen desde los 10 portando los colores de nuestra bandera, pues compitieron en un campeonato panamericano en Estados Unidos y son múltiples medallistas nacionales.

Ambas tienen en la figura de Suri a su principal referente. Fue ella quien las inició en el mundo de los clavados.

Hoy, ellas están muy contentas por competir en la Copa del Mundo, pero al mismo tiempo reconocen que es una recompensa a su trabajo y que “será muy padre” contar con el apoyo de sus principales fans: sus padres y su hermano, quienes desde casa ven todas sus competencias y ahora podrá hacerlo en el Complejo Metropolitano.

Mia: 

“Pues me siento muy orgullosa, la verdad, porque sí he entrenado mucho y pues eso se ve también en la competencia que nos lo merecemos también nosotros. Pues la verdad sí nos quedábamos de que hasta las 8 de la noche aquí llegábamos desde temprano.

También a veces veníamos los domingos y entrenábamos mucho, la verdad, yo creo que se va a sentir muy bonito estar ahí compitiendo y que todos te estén apoyando, también no sé si van a poner carteles o así, pero pues yo creo que se va a sentir muy bonito que estén todos ahí apoyando”.

Lia: 

“Me siento muy orgullosa porque yo he trabajado mucho y todo eso se ve en la competencia y voy a seguir trabajando para la nueva competencia. Sí, porque estamos juntas y nosotros nos apoyamos mutuamente y es como: nunca nos sentimos solas porque estamos las tres aquí.

Aquí, como dices, es nuestra casa y pues se va a sentir muy bien porque vamos a tener mucha gente y todos apoyándonos”.

Las gemelas tienen una meta y sólo una: conseguir su plaza olímpica para los Juegos de Los Ángeles 2028 y seguir los pasos de una de sus referentes:

la ex clavadista zapopana Alejandra Orozco, quien logró dos medallas en el máximo evento del deporte, pero son conscientes de que tendrán que trabajar fuerte para igualar o superar su récord.

Mia: 

“Tenemos que entrenar mucho la técnica, la fuerza y pues también la cabeza. Lo mental también para poder llegar lejos.

Si no estás bien de tu mente, si no estás segura de ti misma, no vas a poder hacer los clavados, así que obviamente sí hay lágrimas aquí, hay enojo, pero también felicidad. Aquí también dejamos todo”.

Lia: 

“Entrenar, disfrutar y estar segura de nosotras, estar segura de que ya lo podemos hacer, es un inicio de temporada muy bueno y que pues, no sé, tenemos que seguir dando todo: entrenar y echarle muchas ganas”.

• Las hermanas Cueva Lobato son históricas. Se trata de las primeras mexicanas en la rama femenil que compiten a nivel internacional, porque en la rama varonil sí hay casos como los Mariscal; Diego, Antonio y Federico, quienes compitieron en Los Ángeles 1932.