Guadalajara, Jalisco. 

El gobierno en turno llega a su segundo informe con una cifra de contagios por COVID-19 que ronda los 600 mil casos y con más de 64 mil defunciones; el estratega contra el nuevo coronavirus y vocero, es Hugo López Gatell.

Su primer declaración polémica fue el 16 de marzo cuando le preguntaron si el presidente se haría la prueba. "La fuerza del presidente es moral. El presidente no es una fuerza de contagio".

Treinta días después, dijo que la epidemia se podría agotar en un 95 % para el 25 de junio, pero no sucedió.

El 5 de mayo el funcionario informó que hay evidencia de que “hemos aplanado la curva”, cuando todavía ni siquiera había llegado al punto máximo.

Ante las críticas por el uso de cubrebocas, tuvo que aclarar, el 15 de mayo, que son una medida auxiliar complementaria.

En junio comenzó la nueva normalidad en México, para lo cual fue diseñado un semáforo de riesgo, pero los gobernadores no lo aceptaron del todo. Las defunciones también se convirtieron en polémica. El 4 de junio planteó un escenario entre 6 mil y 60 mil muertos en la epidemia.

El desconfinamiento es demasiado acelerado en el país, advirtió la Organización Mundial de la Salud el 11 de julio. Ese día, López Gatell mandó un mensaje de preocupación y criticó a las entidades federativas, que también son autoridad sanitaria.

Pero el descontento creció: veinte días después, nueve gobernadores pidieron su renuncia.

Para el 21 de agosto, el director de emergencias de la OMS, Mike Ryan, señaló que en el país estaban subestimados los casos de COVID-19 por el número limitado de pruebas.

A una semana del informe de gobierno se cumplió el escenario catastrófico de los 60 mil muertos por covid, pero ese día López Gatell no dio el reporte técnico.